En silencio, sin opinar, sin
reaccionar, sin juzgar o discriminar, aquello que es percibido por el
observador, que debe permanecer meditando, sin inclinarse a un lado u otro.
Tras años de práctica, cuando parece
que está alcanzando la meta, el Zen nos dice que no hay observador, que no hay
algo que observar, que no hay espejo donde puedan depositarse nuestras
ilusiones y sueños, que no hay ilusiones y sueños en una realidad, donde los
sueños son sueños reales, las ilusiones son reales ahora, y sin embargo no
pueden depositarse o ser observadas, al existir en su Seidad que existe en un
solo Ser.
Nos parece incongruente, nos parece
que el Zen es una serie de mentiras, en las que nos niegan el tiempo, el
espacio, al hablarnos del Aquí y Ahora, que nos niegan lo que somos, al
decirnos que somos Vacío, que tratan de confundirnos, cuando nos dicen que nos
encontraremos siendo el observador, y cuando casi lo conseguimos, nos dice que
no hay observador o algo que observar.
Recuerdo que en uno de mis viajes
estuve varios días sin comer, tenía un hambre terrible y se escuchaba más
fuerte el ruido de mis intestinos que mi voz.
Me hablaron de que debería comer, que
todos mis males estaban resueltos en la comida, desgraciadamente, cuando comí:
mis intestinos dejaron de hablar, mi hambre murió y desapareció y dejaron de
interesarme los alimentos.
A veces, cuando soñamos, cuando nos
ilusionamos en ir a algún sitio, sólo podemos tenerlo, hasta que vamos y lo
convertimos en el único lugar del Universo donde no podemos ir.
Ser el Observador, no puede
conseguirse sin trascender la Dualidad, donde existen el observador y lo
observado, donde se rompe la discriminación y prejuzgar del ego, pero que es
necesario que el yo y el ego sigan existiendo, para que alguien lo haya
conseguido.
El Observador Zen, tiene que ir un paso más allá, donde sólo existe: Meditación, Zen, Universo, Todo, Observador, pero sin alguien que pueda saber, conocer, llamarles o darles nombre, por lo que se dice que hay Vacío, no porque no hay todo cuanto hay, sino porque no hay diferenciación, separación o percepción del yo, y por tanto de demás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario