Toda acción o inacción, crea Yin y Yang.
Toda una existencia, tratando de
solucionar los problemas que vamos creando.
No dejando de crear: Problemas y
soluciones, que crean nuevos problemas y nuevas soluciones.
Los chinos encontraron, una filosofía
de no-hacer, que impedía parar un solo momento.
Las religiones pretendieron enseñar,
que sólo Dios debe de hacer.
Desde entonces hacemos todo, no
dejando que Dios haga. Sólo le dejamos lo que no nos gusta hacer o lo que no
podemos.
El problema es que todo principio,
camina hacia un final o una destrucción, que cree otro nuevo principio, al
llegar al final.
Es en el aquí y ahora, donde nada
nace, nada muere, no hay principio o final.
Pero hay quien no cree en estas
filosofías, por lo que han encontrado: El SER, en el que no hay tampoco algo
que pueda cambiar, pues no deja de ser lo que está siendo, que es el SER, como
infinitivo eterno.
Y es que si mezclamos, personas,
animales, plantas y cosas, sólo podemos decir que: Todas, una docena, un
centenar, si queremos que la Totalidad, lo Absoluto, se manifieste como Uno,
siendo el SER de lo que Es.
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