Todos vivimos una vida, que depende de lo que vemos y cómo aceptamos las circunstancias y condiciones que se muestran en cada ahora.
La memoria de estos ahora, su
inclusión en un álbum de fotos y recuerdos, crea el tiempo.
Buscamos, un lugar idílico, un lugar
en el que vivir plenamente, sea en la Tierra o en el Cielo.
Nuestra insatisfacción nos lleva a salir
continuamente en su búsqueda.
Eso nos lleva a caminar
incansablemente, creando con ello el espacio, que nos lleva desde una aquí que
señala hacia un lugar diferente o mejor, que nos permitirá expresar nuestra
realidad o lo que somos, en el momento en el que lo encontremos.
Nos hemos convertido, en viajeros y
consumidores del tiempo y del espacio, lo que nos obliga a sembrarlo, a
cuidarlo y segarlo.
Pero la siega siempre es realizada
cuando no ha llegado el tiempo, o bien hemos tardado demasiado, es imposible
que podamos hacerlo en el momento adecuado.
Todo ello nos lleva a la
insatisfacción, primer paso a la infelicidad, a la angustia y sobre todo, a no
amarnos como somos, porque deseamos ser, lo que seremos en otro lugar, en otro
tiempo.
Todo el Tiempo y Espacio, conforman
una Dualidad, que llamamos: Aquí y Ahora, que comprende una Eternidad donde el
tiempo y el espacio, no llegan a nacer y sin embargo ocupan toda su Infinitud.
Es en ese Aquí y Ahora, donde se
manifiesta lo que somos, el Ser. Que sin Tiempo ni Espacio, permite que seamos
todo el pasado y al mismo tiempo todo el Futuro, pero: Aquí y Ahora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario