Cuando hablamos del Sol, diciendo que
se dedica a ser Sol, que no calienta más o menos por ser de noche o de día,
nublado o despejado, verano o invierno.
Que su luz y calor no dependen de
nuestras necesidades o deseos, que Él sigue siendo lo que es, y somos nosotros
los que debemos usar correctamente su manifestación de ser Sol.
A eso le llamamos No-Hacer, siendo
sólo la manifestación y correcta aceptación de su función y responsabilidad de
Sol. Siendo Eternamente lo que Es, sin saber que es Sol y lo que hace o cómo se
manifiesta.
Sin embargo, cuando, se dice que hay
que acostarse con la conciencia tranquila y aceptar lo que hemos hecho ese día.
Cuando leemos que nadie puede hacer o
manifestar más de lo que es en cada ahora, lo que pensamos es que podríamos
hacer más o menos.
Buscamos y deseamos haber sido algo
diferente, tratando de encontrar terminado aquello que deseamos y que no
hicimos.
Cuando hacemos y aceptamos que es
nuestra manifestación, que si está nublado daremos menos luz, que podría haber
bochorno si además hay humedad, si aceptamos que si tenemos un día frío el
calor será menor y que en cambio percibiremos más calor.
¿No es el mismo lugar donde señala el
dedo?.
Ser lo que algo es, impide ser más o
menos, impide que estemos haciendo algo para cambiarnos, por lo que podemos
dormir tranquilos, habiendo hecho todo lo que podía manifestar nuestro Ser.
Eso es lo que permite amarnos, sin necesidad
de saber por qué, o la razón por la que nos amamos. Porque eso sí es tratar de
ser, pero no respetando lo que somos.
Y es que, al leer las palabras, donde
señalan depende del lector más que de quien escribe.
De ahí nace la importancia de los
Conceptos, porque son el dedo que señala lo que vemos.
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