El enemigo de la humanidad, de la
Espiritualidad, el creador de la sociedad donde el egoísmo, la lucha por la
supremacía, la riqueza y el poder tiene como rey al ego.
Pero olvidamos que el ego del egoísmo
y el del yo, son opuestos en Naturaleza, son el Yin y el Yang de la defensa de
nuestra individualidad, la base y camino que usamos para descubrir lo que
somos.
Todo lo que oímos, vemos y leemos
sobre el ego, se refiere al aspecto Yin, lo negativo, el invasor y controlador
que nos obliga a hacer lo incorrecto, que nos lleva a atacar cuanto nos rodea, creyendo
que es la manera de defendernos; que nos obliga a odiar o destruir todo aquello
que no nos gusta o deseamos; que nos obliga a odiar, abusar y violar cualquier
derecho o individualidad que ocupe algo que deseamos.
Ese es el ego que conocemos, simplemente
porque es lo que nos han dicho y enseñado.
Hemos renunciado tratando de
conocernos, de saber lo que somos, a saber, lo que somos en la Realidad. Sólo
tratamos de conocer lo que somos en una mátrix, en una realidad virtual o
controlada por algo, sea este: El azar, el destino, los poderes, un dios o causa
y efecto del karma.
Pero lo que hemos olvidado, porque no
hay algo que lo controle, es buscar la Realidad de lo que somos, la que
nosotros estamos creando con nuestra manifestación en cada ahora.
El yo, ese que decimos es nuestro ego
o su esclavo, es nuestro avatar, nuestra Realidad en la Dualidad.
La Realidad creada por el yo, no es
virtual, porque es lo que estamos siendo en cada ahora, lo que crea.
Podríamos pensar que el yo está
cambiando, que de alguna forma se está transformando. Pero la Realidad del yo,
es que está siendo lo que somos en ese Ahora, en el que está siendo lo que se
ha manifestado en todos los ahora anteriores. No falta nada, somos todo lo que
hemos sido, incluso antes de nacer. Ese es siempre nuestro yo.
Siendo el yo el que realmente vive,
porque el YO es la Vida misma, que no puede percibir el estar viviendo. El YO
es lo Absoluto, el que incluye cuanto ha existido, existe y pueda existir, en
su aspecto Yang. El que incluye, cuanto no ha existido, no existe y no existirá
en su aspecto Yin.
No podríamos existir sin ese ego del
yo, ese que sabe que estamos viviendo, que debemos proteger y defender nuestra
individualidad, nuestra existencia, pero sólo defender, sin llegar a atacar
otras individualidades.
Es el yo, en el que se puede encontrar
el ego de la familia, de los amigos, de la Tierra, del Universo, porque es al
final, la Realidad de nuestro yo, de nuestro ego, el encontrar la Individualidad
que es nuestra Realidad, más allá de esa Dualidad de separación, de luchas y de
destrucción del otro aspecto o de uno de ellos.
No es posible eliminar el Yin o el
Yang, no puede existir algo que sea Yin o Yang, porque sólo pueden ser la mitad
de una misma individualidad.
Nuestro yo, nuestro ego, tienen
siempre esas mitades, es el precio que pagamos por vivir, por poder manifestar
y disfrutar la Vida que somos.
Pero es nuestro entendimiento, cómo
usamos y para qué, nuestro yo y nuestro ego, lo que define lo que somos,
nuestra Realidad.
No hay quién o qué controle una vida
virtual, porque somos los únicos creadores de nuestra Realidad, de nuestro yo,
y si somos ego o EGO.
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