Obviamente no son libros de medicina
tradicional occidental, que es una asignatura demasiado compleja para una
persona sin estudios. Conocer anatomía, virus, síntomas y medicinas que actúan
químicamente con nuestro cuerpo, hubiese sido imposible para mí.
Lo que trataba era simplemente
conocer, cómo ver en los pies el origen de los conflictos de salud y del alma,
de las personas que creían que podía ayudarlas, con los masajes en los pies que
había aprendido, que había comprobado en mí y en algunas personas, en las
prácticas realizada en Malasia y Singapur en el Instituto que me había enseñado,
que sí tenían efectos beneficiosos como resultado.
La enseñanza en la cultura china, no
es igual que occidente. Una de las explicaciones recibidas de mi Profesora, es
que explicaba en chino los diagnósticos a las personas que yo daba masajes,
porque yo sabría lo que hacer transcurridos diez años, donde no tendría que
hacerle las preguntas que le estaba haciendo.
Me sentí mal, pero lo acepté. Seguí
con mis prácticas, haciendo lo que me decía el dibujo de los pies escrito y con
marcas en colores que me daban para cada paciente, donde la Profesora marcaba
el tratamiento y forma de aplicar el masaje.
Leí libros como digo, pero
principalmente fue los autoconocimientos de haber practicado con mis pies y mis
problemas, lo que realmente marcó la dirección, junto con mi entender de lo que
es la Vida con mayúscula.
El creer que somos una Individualidad
en todos nuestros componentes, que formamos una Individualidad social y
Universal. Que mente, cuerpo y espíritu manifiestan lo que somos, y la
manifestación de nuestro Ser no es diferente en uno que en otro, fue donde se
aglutinó lo que leía en los libros.
Hay dos lecturas que me ayudaron, y
que tratando diferentes personas, pasados los años llegué a un entendimiento
que era fruto de mi entendimiento y responsabilidad, no es científico, no es
algo que pueda decir si es cierto o está equivocado, pero que sí ayudó a
cambiar sus problemas a varias personas.
Uno fue la depresión, coincidió en el
tiempo el tener varias personas con estos síntomas, unos graves, otros
simplemente faltas del deseo de vivir.
Todas eran personas idealistas, todas
eran personas que veían una vida mejor que la que vivimos, pero que no hacían
nada o poco para cambiarla en sí mismos, sino que trataban de hacerlo cambiando
a los demás o que fuesen los demás los que lo hiciesen.
Al final la mayoría aprendió a amarse
y respetarse, mejorando sus vidas no porque cambiasen, sino por disfrutarlas y
aceptarlas, como sus creadores.
Otro de los problemas que me vino,
fueron principalmente personas que bebían demasiado, creo que no tuve
drogadictos que considero necesitan personas que lo hayan vivido y aprendido
directamente el camino que lleva a ellas.
Pero las explicaciones del origen que
lleva a la drogadicción y qué se elige teniendo oportunidad de elegir, según lo
que origina su necesidad, me sirvió para encontrar mis explicaciones para esas
personas, tratando de que decidiesen realmente amarse y respetarse a sí mismos,
que es el camino que he tratado de usar en todos los males, por ser el que creo
que debe llevarnos a ser los responsables de nuestra Humanización.
La mayoría, por no decir todas las
drogadicciones, nacen de la falta de aceptación de nuestra responsabilidad y
necesidad de esfuerzo y sacrificio por aprender a vivir y hacer algo que nos dé
tranquilidad con lo creado con lo que la Vida nos ofrece cada ahora.
Culpamos a los demás o tratamos de
callar nuestra conciencia, adormeciendo o anulando nuestra responsabilidad al
pensar o sentir. En general son personas que son idealistas o que quieren
encontrar una vida con menos problemas y dificultades.
Por lo que encuentran en la
culpabilización de los demás, el escape para convertirse en gente, que en su
decepción consigo mismo, los lleva a buscar caminos fáciles, o que ven fáciles
al estar drogados e incapaces de ser responsables de sí mismos o lo que crean
con sus vidas.
Cuando hablo de drogadicciones, hablo
de todas ellas, incluso la de ayudar a los demás para no ver o necesitar
enfrentarnos a nuestros problemas, o la de trabajar por no regresar a casa, o estar
tranquilos para vernos.
Han sido muchas personas las que
vinieron, todavía vienen algunas a pesar de mi jubilación, porque alguien les
ha hablado de mí y tienen problemas que no les resuelven los médicos.
Mi receta siempre fue la misma: la
solución es no crear el conflicto. Para no crearlo hay que saber lo que nos
tragamos, masticarlo correctamente, cagar lo que no asimilamos y lavarnos con
agua que expulsamos en cuanto ha terminado el ciclo de limpieza.
La conclusión es usar los problemas
para aprender, dejando por tanto de ser problemas.
La curación: Amarnos y respetarnos,
amando y respetando la Vida.
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