La mayoría de las veces nuestra mente
está en cualquier lugar y tiempo, menos en el lugar donde están nuestros pies. Nuestras
emociones, esperanzas y atención están en encontrar o resolver situaciones que
no han llegado o que están concluidas, y no pueden ser cambiadas.
Eso hace que la mayor parte de nuestra
vida, la pasemos, en la complacencia, la desesperación, la inconformidad o
deseado que todo fuera diferente y esperanzados con lo que esperamos obtener.
Todo ello, según pensamos la mayoría y
nos han relatado los Maestros, es fruto de la Ignorancia y semilla de la
Infelicidad, pues lo único permanente en la Eternidad es el Aquí y Ahora.
Luchar contra ello es pelear con la Vida y lo que origina que cualquier
nacimiento viene con dolor, no sólo de lo malo, sino también de lo bueno,
porque es lo único seguro en la pelea, que lo que venga lo hará con dolor.
La realidad que tener la mente o las
emociones, en un Universo diferente del que residen o están nuestros pies, no
nos mueve de nuestro ahora, a pesar de que necesitemos esforzarnos por acercar
la mente y el corazón, a los pies o el lugar donde estos existen, a su ahora.
Nuestro aquí, y nuestro ahora, es algo
más que circunscribirnos, al tiempo de un ahora por otro lado inexistente. Es la
Aceptación del ahora donde existen nuestras partes y ser capaces de vivir el
ahora de cada uno, haciéndolo nuestro ahora.
Porque la Realidad es que el Ahora no
es el de las partes, sino el de la Vida, por tanto, la Eternidad.
Pero nuestro ahora debe estar sobre
todo equilibrado, la situación de pies-mente-corazón, no es la misma en el
realista, el soñador, el espiritual o el material. No es la misma por la mañana
que por la tarde, o antes y después de comer. Al término de algo que en el comienzo.
Lo importante como en el resto de la
Vida, está en el Equilibrio, que hace que una persona cree lo que ella es, por
lo que aprovecha del alimento de vivir, lo que asimila y transforma en su ser,
de las vivencias que acaecen en su vivir, buenas y malas, laborales o amorosas,
porque es la totalidad de nuestro vivir, lo que hemos asimilado de lo vivido,
lo que aporta el equilibrio de nuestra manifestación.
Ser felices, sufrir, enfermos, sanos,
es el resultado de ese equilibrio, es lo que hemos creado como nuestro ser, con
lo vivido.
Obviamente nuestra individualidad
personal, está construida o creada con el equilibrio del vivir de sus partes.
Nuestra individualidad como familia, ciudadano o ser humano, o terráqueo está
equilibrada también por el resto de las partes, si bien el mayor aporte lo
realizamos nosotros con lo que asimilamos en la convivencia, en la coexistencia
como Individualidad.
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