Obviamente hay quien está de acuerdo y
quien no, lo que va aportando modificaciones, que a veces sólo es el sentirse
diferente entendiendo lo contrario que los demás, aprendiendo lo contrario de lo
que nos dicen.
Los maestros, profesores y
catedráticos, han sido ensalzados o vilipendiados no por sus conocimientos,
sino por la facilidad en explicarlos para que sus discípulos o alumnos,
aprendan correctamente lo que les es enseñado.
Es quizás nuestra mayor dificultad
para entender el Zen, donde aprender lo que te enseñan, es visto como un
fracaso o falta de dedicación y esfuerzo en la práctica. El discípulo, debe
superar a su Maestro, sólo para poder ser discípulo.
El Maestro pregunta, responder con el
entendimiento, desde la mente, puede ser alabado, por la profundidad del
entendimiento del discípulo, pero lleva a que el Maestro no pueda transmitir su
linaje, su aprobación de que el discípulo ha dejado de llevar ese nombre, por
serlo.
El Zen muchas veces es la sinrazón, el
koan, pero pocas veces entendimiento de lo que el Zen es.
Los Maestros Zen, no tienen nada que
enseñar, nada que transmitir, por ello no tienen nada que explicar. No tienen
palabras que puedan explicar el Zen, no es como nuestras filosofías o
religiones, donde todo está escrito y aclarado, para poder enseñarlo. Una vez
aprendido, podemos enseñar a otros que comienzan. Porque hay libros que
explican qué es lo que se está enseñando.
En Zen todo lo que nos pueden enseñar,
es lo que entendemos nosotros, que no puede ser lo que dice el Maestro.
Entender lo que nos dicen, lo que hay escrito, sólo sirve para ser erudito, no
para alcanzar el Zen, que en última instancia es lo que el Maestro comienza a
hacer, cuando lo hemos alcanzado.
Nosotros cuando leemos entendemos las
palabras, entendemos las frases, entendemos lo que nos dicen, podemos
recordarlo y repetirlo si nos ha gustado. Cuando estamos de acuerdo con lo que
dicen las palabras, podemos decir las mismas palabras, las mismas frases y no
comprendemos que haya tantas personas que no nos entienden. Podemos publicar y
repetir un mismo mensaje, porque es algo que define perfectamente algo que
nosotros entendemos.
El Zen, no está falto de
entendimiento, porque lo primero que hay que aprender, que nada es lo que
describimos o explicamos, que todo afortunadamente es sólo lo que es, y a veces
alguien descubre lo que Es, pero desgraciadamente, cuando alguien lo entiende,
no queda quien entienda.
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