Leemos a veces sobre medicamentos que
contienen dopamina, que es el neurotransmisor que se relaciona con la
felicidad. Que nos dicen que si tomamos esos medicamentos saldremos de
depresiones e infelicidades.
Ese escrito dice que nos cambia la
percepción, llevándonos a una realidad fantasiosa e irreal.
Creándonos una falsa, sensación de paz
y felicidad, ocultando el estado verdadero en el que nos encontramos, y
llevándonos a desear más felicidad inducida.
El drogarnos por medio de la dopamina,
que necesitamos generar en nuestro cerebro, nos lleva a hacernos huir de nuestra
realidad y convierte en irresponsables de nuestro vivir. Que nos lleva a desear
el bienestar del planeta y de la humanidad. Lo que promueve caer presos de lo
que llama DE: Devolución emocional, que hace que deseemos el bien y felicidad
ajena y que tratemos de responder a lo que recibimos.
Lo que hace que, someternos al
sentimiento de felicidad y a decir o sentir: “Que todos somos uno”, que nos
lleva al buenismo y a la irrealidad de que todos debemos buscar el bienestar y
tener las mismas oportunidades. Algo que al parecer no crearía conflicto y
destruiría la evolución.
Finalmente, relaciona las altas dosis
de dopamina con las redes sociales, que alimentan nuestras ansias y necesidad
de dopamina, para hacernos vivir en una utopía. Instagram: Aprobación,
Facebook: Valoración, Whatsapp: Validación.
Lo que lleva a la conclusión de que
nos hemos impedido evolucionar y lo hemos hecho imposible de conseguir.
Imagino que hace un tiempo, no
tendríamos dopamina y a lo mejor ni tan siquiera pulmones.
Todo el día caminando por la nieve,
tratando de encontrar algo que comer, al regresar a una cueva sin fuego, húmeda
y si tenías la mala suerte de que tuviese dos entradas, que permitiría la
corriente del aíre helado del exterior, con los niños diciendo que tenían hambre,
la familia y la pareja mirándote o llamándote inútil, habríamos explotado si al
cerebro o al cuerpo, no se le hubiese ocurrido inventar la dopamina.
Es lo mismo que le pasa a un circuito eléctrico,
hidráulico o que coge presión como una caldera, si se pasa de la presión que
aguanta, se rompe o explota, por lo que se le pone una dopamina en forma de
válvula, que no hace inútil al circuito o la caldera, sino que la equilibra
para que no se sobrepase en sus capacidades.
Cuando algo sirve para que funcionemos
en armonía, equilibrados y sin sobrepasarnos en nuestras capacidades, es algo
que hace el Universo desde que estaba vacío de Constelaciones y cosas que lo
llenan ahora.
El problema no es de la dopamina, al
igual que el alcohol o las drogas no son el problema, sino nuestra incapacidad
para cumplir con nuestras responsabilidades.
La Felicidad no es una utopía, lo que
sí lo es, es el pensar o desear que, si ponemos dopamina, alcohol o drogas en
el cuerpo, podremos alcanzar las metas soñadas.
La ciencia sabe lo que hace la
dopamina, me pregunto si sabe que cuanto existe, puede equilibrar la Vida, si
nosotros no aumentamos o disminuimos nuestras responsabilidades, nuestras
funciones.
La medicina puede ayudar, pero no
convertirnos en lo que soñamos.
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