El alma, es aquello que anima, que
permite manifestarse como movimiento o cambio a la, materia inerte.
Somos carne, huesos, músculos y una
estructura que necesita algo para cobrar animación, moverse, reír, llorar,
envejecer y morir o transformarnos en la energía o principio que nos originó.
Se ha creído por siglos, que el alma
era atributo de animales y plantas, se le dio a los cuerpos celestes, al tener
movimiento y al principio se le negó a los minerales, que al permanecer inertes
y aparentemente sin cambio, se pensó que era por carecer de alma.
Posteriormente, el alma se ha definido
y entendido, según las creencias y sistema de convivencia. El entendimiento de
la Vida, de nuestra función en ella, nos llevó a preguntarnos: ¿Qué somos?,
¿Qué es la Vida?
La separación que pensamos y
percibimos existir entre Dios y Su creación. La diferencia que percibimos entre
materia y Espíritu. Nuestra condición de ser la cabeza de la Creación, por
nuestra condición de seres humanos, creados a imagen y semejanza de Dios,
nuestro sueño de regresar a ese origen, a ser nuevamente Espíritu, nos llevó a
nuevos entendimientos o explicaciones de lo que el Alma es.
Encontramos que el Alma, es el nexo de
unión de materia y Espíritu, que era inmortal y que se manifestaba una y otra
vez, hasta que nuestro yo, el que esa alma reflejaba, no hubiese alcanzado el
regreso al Espíritu, a Dios, al Origen, al Todo.
No podíamos entender, que nuestro yo
fuese sólo lo que esa alma animaba y permitía manifestar como vida, y que una
vez que el cuerpo moría, el alma regresaba a su mundo y descansaba para
regresar y animar otro cuerpo. Porque eso significaría que moríamos, que no
éramos nada más que materia, usada por las almas para venir a vivir en esta
dualidad.
Ello nos llevó a necesitar crear el
karma, que éramos nosotros la parte importante y que el alma, tendría que
regresar las veces que fueran necesarias a mantenernos vivos en otros cuerpos,
hasta que consiguiéramos evolucionar lo suficiente para alcanzar otros Universos
más altos, donde el amor y la felicidad, fuesen naturales y parte de nuestro
yo.
Me pregunto qué haría el alma de la
fiesta, si no hubiese fiesta o nadie acudiese a ella. O que haría el Universo
de las almas, si no hubiese materia que animar.
O qué haría yo, si tuviese que
regresar a animar mi cuerpo eternamente, porque soy incapaz de avanzar y dejar
de crear karma, que me obliga a regresar y tener este cuerpo, que me obliga a
darle de comer, lavarlo, cuidarlo y encontrar remedios a todos los problemas y
enfermedades que padece.
Porque aquí lo que me importa es: ¿Cuándo
voy a vivir en el cielo?, sin alma, sin cuerpo, sin malos pensamientos, sin
enfermedad, sin tener que comer o limpiarme el culo. Terminar con mis problemas
y necesidades para toda la eternidad, porque en el cielo, no tendría que desear
nada porque hay de todo, lo que me permitiría ser feliz eternamente.
Y es que todo esto de que si es el
alma la que vive o es el cuerpo, no me importa mucho. Lo que me importa soy yo
y mi felicidad, sea como Espíritu o porque he ido al Paraíso.
Y es que al final, para ser yo, no
puedo renunciar a la parte de mi que no me gusta o me da problemas. Todas ellas
están conectadas, y mi problema es que aparte del cuerpo que tengo, el alma y
cualquier otra cosa, tendré que aceptar que soy el Universo, el Todo, para que
las partes funcionen correctamente.
El Universo es materia, el Universo es
Mente, el Universo es Emociones, el Universo es Alma, el Universo es Espíritu, soy
cada una de esas partes y soy todas ellas. Pero sólo cuando no sepa que soy
Todo, las partes funcionarán correctamente.
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