Dicen, que: Cuando el dedo del sabio señala la Luna, el necio ve sólo el dedo.
Es
un gran error, pues el dedo del sabio no señala la Mente Pura, de la Luna llena.
Cuando
el discípulo feliz, de ver la Luna, se postra ante el Maestro, este le expulsa
por mal aprendiz, por el tiempo que el Maestro ha perdido con él.
El
Maestro carece de dedo, pero señala el Universo, lo peor que puede hacer el
discípulo, no es ver el dedo, sino ver la Luna o el Universo que le es señalado.
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