Pero quien no es discípulo ve
solamente la Luna nueva, esa que sólo se atreve a salir cuando la luz del Sol,
impide que la vean.
Ambas nos recuerdan que no hay que
perder la esperanza, una brilla porque no tiene obstáculos que nos impidan
recordar que el Sol, sigue brillando en la oscuridad de la materia. Una Mente
Pura, que nos permite encontrar la Naturaleza Original en cuanto nos rodea,
esperando el momento en que el Maestro desaparezca en el Silencio.
La otra, nos permite contemplar la
oscuridad de la noche, cuando las estrellas brillan más en el cielo. Diciéndonos
que la materia está llena de soles, de Universo, de Luz, a pesar de su solidez
y oscuridad.
Sabemos con seguridad que es una
cuestión de tiempo, que el Universo nos recuerde que esa Luna nueva, es la
misma que en unos días, se convertirá en Llena, porque habremos dejado de
interponernos entre la luz del Sol, y nuestra Naturaleza Original.
Nada cambia, es la Luna siempre Luna,
el Sol siempre es Sol. No importa que a veces sólo podamos reflejar nuestra
humanidad, que la luz no salga de nuestro vivir, sino de costumbres, leyes y
principios olvidados.
Porque la Luna se convertirá en Sol,
cuando dejemos de interponer el ego entre ambos yo. La oscuridad, permanecerá
siempre iluminada, sin importar la duración de la noche, porque nuestra
Naturaleza Original, es la Luz, la Mente Pura, sólo puede brillar, porque
continuamente refleja la Luz del Sol.
No importa la Luna que brilla u
oscurece nuestro vivir, porque nuestro vivir, será tarde o temprano, iluminado
por nuestra propia Luz.
Sólo hay, que impedir que algo se interponga,
entre nuestra humanidad, nuestro Amor, nuestra Dignidad, y nuestra
manifestación o vivir, para alcanzar a ser Luna Llena. Siendo la constancia y
el esfuerzo de mantenernos siendo Luna, lo que permitirá que en lugar de
reflejar su Luz, seamos Sol.
No hay comentarios:
Publicar un comentario