Hay infinidad de libros, incluso en
los diccionarios, que nos han explicado el significado de las palabras que nos
decimos, de los nombres de cosas que buscamos y deseamos, en los que nos
explican el origen y el principio, de lo que esas palabras y nombres significan.
Algunas de las búsquedas a las que
dedicamos nuestra vida, persiguiendo y luchando por obtener algo, cuyo nombre
no es lo que nosotros tenemos en mente o entendemos. Lo que hace que busquemos
algo equivocado o que si lo encontramos no reconoceremos.
Incluso la ciencia, explica, por
ejemplo, la diferencia entre felicidad y alegría. La felicidad es un estado de
paz y entrega, que la mayoría de las veces es inconsciente. Podemos entrar en
una felicidad constante y profunda, que aumentará nuestra paz y nos llevará a
un estado en el que la dualidad no es percibida. Esa paz, nos lleva al estado
de salud perfecto de ser lo que somos o manifestamos, y en el que no existe el
deseo, por lo que no hay ganancias o pérdidas, en ningún aspecto del vivir.
La alegría, es un estado de
complacencia, por algo que hemos conseguido o creemos que podremos conseguir. Según
dice la ciencia, podemos morir de risa, que es una de las reacciones a ella. La
alegría puede producir estrés en el corazón, y llevarlo al infarto. Nos da excitación,
pero difícilmente la paz de la felicidad.
En budismo se hace referencia a la importancia
de la Gran Duda, que no lleva al conocimiento, sino al entendimiento, de lo
conocido y lo desconocido.
También hay alegría, de Hotei que ríe
sonora e incansablemente, cargando con un saco de regalos, que da a cualquiera
que se lo pide, porque él no necesita nada. El dar y erradicar la necesidad en
los demás, le produce una alegría profunda, mezclada con la felicidad del
cumplimiento y observación de los votos del Bodhisattva.
Mientras Shakyamuni como Buda, sólo
puede sonreír, mostrando la paz de la Felicidad Infinita. Pero no puede reír
sin dejar de ser Buda.
Hotei es Buda y Buda es Hotei, pero
ser Uno, no es igual que ser lo mismo o manifestar una misma individualidad. El
Uno no puede ser una mismidad, porque es necesario que haya tres, para que
nazca una mismidad de algo.
Nosotros percibimos alegría en la
Vida, en el vivir, en Dios, y la buscamos con el nombre de felicidad. El problema
es que confundimos las palabras y los principios de esos nombres.
Algo que nos impide encontrar esa
felicidad que buscamos, nos estamos engañando, al darle el nombre equivocado. Por
eso buscamos en logros, riquezas y sintiéndonos amados, la felicidad, cuando lo
único que hay en encontrar esas cosas es alegría.
Salud, dinero y amor, decía la canción
que es lo que necesitamos.
La salud, no depende del cuerpo.
El dinero, no nos hace ricos, o nos da
la paz de no necesitar más.
Que nos amen, o incluso amar, no es
una vida de Amor.
Engañándonos con lo que pensamos o
hemos aprendido, que significan los nombres de lo que buscamos, hemos creado
esta sociedad en la que vivimos, que nuestra incapacidad para crear la Gran
Duda en nosotros, nos lleva a continuar en el error, de vivir lo que no entendemos.
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