Porque la Ley de correspondencia entre
el nombre y lo que algo es, ha estructurado nuestra mente, diciéndonos lo que
nos rodea y lo que somos. Lo que nos obliga al conocimiento de lo que
percibimos, para conocer nuestro Universo. Siendo lo que determina lo que
conocemos como yo y lo externo, determinando ese conocimiento lo que
consideramos nuestro interior.
Pero los Maestros, nos hablaron con
las mismas palabras que conocíamos, hablando de un Universo anterior a Babel. Su
significado no cambia en uno u otro Universo, pero sí cambia el resultado de
las metas, de lo que hay en ese Universo y el que percibamos la Realidad o simplemente
nuestro conocimiento de lo que percibimos.
La mente es nuestro enemigo, porque en
el mundo mental, en ese Universo anterior a Babel, el pensamiento de casa, el
que da origen a la palabra, tiene como resultado cosas diferentes.
En el Universo dual, el pensamiento
origina la palabra, la palabra el deseo de construir la casa imaginada, el
esfuerzo termina creando una casa parecida a la pensada, a la que habrá que
encontrarle una utilidad.
En el Universo anterior a Babel no
existe la manifestación dual, el pensamiento no llega a nacer, porque lo que
nace es la casa. No nace la palabra, no nace el pensamiento, sólo aparece la
casa, sin una mente que tenga que crear el pensamiento o la casa. Porque es un
Universo donde no existe el yo, al no haber sido creada la percepción de ser o
hacer, sólo surge algo, sin que tan siquiera el pensamiento llegue a nacer.
No puede surgir la palabra, el nombre
que diferencie una manifestación de otra. Porque ese Universo, donde la
manifestación carece de tiempo y espacio, es el Ahora. No habiendo posibilidad
de que haya algo que perciba otro algo o a sí mismo, nada puede ser nombrado,
pensado o percibido, porque no hay quién lo perciba.
Imaginemos una paella infinita. Para nosotros
sería una paellera, con paella que llenase el infinito. Pero la paella Infinita
no tiene que carecer de paellera, pero si es infinita, no podría existir la
paellera que limitaría el espacio que ocupa la paella. Tampoco habría
posibilidad que existiese la paella, porque lo que habría carecería de nombre,
porque no habría surgido ni la idea de construir una Torre, al no haber
percepción de un espacio donde construirla.
Pero es algo que no dice que no exista
una torre, que no existan las palabras o la dualidad con su yo. Sólo que no
puede haber percepción o que se separe algo que pueda obtener un nombre.
Hay dos palabras que pueden explicar
un poco las diferencias entre nuestro entendimiento y las diferencias que
necesita percibir nuestra mente, para conocer en qué Universo estamos y del que
estamos hablando. Para saber de qué Universo nos hablan y entender las palabras
correctamente dentro de la infinitud de su significado.
Conciencia y Consciencia son utilizadas
indistintamente, o al menos entendidas como dos significados parecidos. Cuando nos
lanzan una pelota y lo sabemos, todo nuestro yo tiene que tener conciencia del
hecho y preparar la atención y el cuerpo, para recibirla y esquivarla o
recepcionarla. Es lo que podríamos llamar conciencia.
Pero cuando hay una reacción en la que
la percepción, la preparación consciente, y la reacción son automáticas, es lo
que podríamos empezar a llamar Consciencia.
El Universo no tiene conciencia, por carecer
de yo. Existen un número infinito de individualidades, que sólo se manifiestan
como Universo. Todas interactúan, todas manifiestan su individualidad, que al
carecer de yo, es la Consciencia la que permite que todas interactúen siendo un
solo Universo, sin por ello perder su Individualidad.
Pero no hay un Universo Consciente, no
hay una Consciencia que sepa lo que hay que hacer, no hay algo que perciba dónde
aplicar la consciencia. No hay percepción de la existencia de un Universo o sus
partes.
Por lo que no es posible decir que
existen o que no existen, porque principalmente, no hay un yo, que pueda poner
nombre o percibir algo.
Cuando un Maestro habla de Interior,
en ese Universo no hay exterior, tampoco puede existir algo llamado interior,
por lo que escuchar su Silencio, es llegar a conocer el origen y significado de
las palabras, antes de que se construyese o fuese destruida la Torre de Babel.
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