Gracias a esa desigualdad, la Vida ha
evolucionado continuamente, transformando el Universo, no por su voluntad de
cómo quería que fuese, sino por la Libertad Indiscriminada de cuanto se
manifiesta, creando el Universo donde cobran vida.
Nuestros políticos en su
incompetencia, en su dedicación a obtener votos y conseguir seguidores de su
inutilidad, ambición e ignorancia para guiar al pueblo, se dedica a crear Leyes
vejatorias para hombres y mujeres, donde los vagos, los incompetentes son
amparados en ofrecerles una igualdad ficticia, que les permita subir sin
esfuerzo, sin merecimientos, sin ser la persona idónea para cubrir un puesto
que mejore la sociedad y su convivencia.
Hemos aprobado la Ley del aborto, en
la que nos perdonamos nuestra irresponsabilidad pudiendo hacer desaparecer el
cuerpo del delito, la prueba de que no somos dignos de llamarnos seres humanos.
Hemos aprobado una Ley del sí es sí,
que protege a las mujeres de la indecencia, indignidad y cobardía de algunos
hombres. Pero olvidamos a las mujeres que denuncian con falsedad o que han
llegado voluntariamente a un punto, en el que volverse atrás es un derecho, que
no respeta el derecho de la otra persona.
En ningún momento se habla o se trata
de equilibrar la convivencia, aportando Dignidad, sentido común,
responsabilidad y humanidad a ambas partes, sólo se trata de satisfacer a las
mujeres, para que voten a una formación política, que obviamente, vende humo y
no busca ni la dignidad propia, ni la del pueblo.
Ahora se quiere aprobar una “Parida”,
que se decía en mi juventud, llamada por tanto Ley de Paridad, en la que se
menosprecia a la mujer, obligando a contratar mujeres para consejos de
administración y dirección, si hay mayoría masculina en ellos. Algo que
obligaría a contratar hombres si por casualidad la empresa, tiene en ellos más
mujeres que hombres.
Lo que obliga a las empresas privadas
a contratar hombres o mujeres, no por su idoneidad para la empresa, sino por su
sexo, según el sexo de la mayoría.
Es casi natural que una empresa,
considere antes contratar un hombre que una mujer, para ciertos puestos,
incluso con menos merecimientos. Es algo que entra dentro de la Libertad
individual, por lo que nadie puede obligarme a que me gusten las guapas, si a
mí me gustan las feas. O que yo trate de que le gusten los hombres o las
mujeres a alguien, lo que sí es de mi incumbencia es que ambas personas se
traten con el respeto que ellas piden y que no se abuse de menores o ignorancia.
Si la empresa se equivoca al elegir,
lo notará en su rendimiento y funcionamiento empresarial.
Las empresas, están eligiendo hoy en
día, no ya por hombres o mujeres, sino por robots, algo que será natural en
unos años.
La realidad es que la elección, no
debería discriminar por sexo, sino eligiendo la persona más cualificada para el puesto,
sobre todo si son puestos de dirección o administración.
Hoy hay mayoría de hombres en puestos
de dirección, quizás por siglos de ocupar cargos sin competencia. Darles a las
mujeres algo por lo que no tengan que luchar y mostrar que se lo han ganado, no
es ayudarlas. Hoy en día las Universidades tienen más mujeres que hombres
estudiando grados superiores.
Tarde o temprano los niños nacerán en
hospitales y se podrán encargar con la edad que nos convenga. Por lo que parte
de los inconvenientes desaparecerán.
Pero la misma Ley, obligará a
contratar hombres para un puesto que no se merecen, cuando sea la mujer la que
está mejor preparada para ocupar los cargos.
La prueba está en la política, se ha
tratado de que haya más mujeres, pero al no cambiar los métodos de admisión, se
lleva a la contratación de inútiles, sin importar el sexo.
La empresa privada o los servicios
públicos, tienen que contratar a las personas más idóneas y no formar parejas,
porque al final con la Ley habrá que preguntar a cada uno si se le incluye en
el grupo de mujeres o en el de hombres, o se denominarán indeterminado o
persona, que como ángeles estaría clasificadas sin sexo.
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