El papel
principal de la Mente Bodhi es ilustrado en la siguiente parábola. Suponed que
una persona está intentando llenar un pequeño depósito con agua de lluvia con
propósito de beberla. Tan pronto como el depósito se llena, el exceso de agua
se escapa y se pierde. Lo mismo si tiene sólo un pequeño recipiente, o, para
ese propósito, una taza de té para llenar. Sin embargo, si este recipiente es
tan vasto como el embalse de una ciudad, o el Río Amazonas, o podríamos decir
el Océano Pacífico, puede almacenar toda el agua de lluvia que caiga ¡sin
siquiera perder ni una sola gota!
Esto es igual
para un devoto. Si sólo busca la liberación personal o el bien de su familia
inmediata, su recipiente es sólo como una taza de grande o como máximo como un
depósito de tres pies cúbicos. No obstante, si su mente es como la mente de los
Bodhisattvas y los Buddhas que buscan la iluminación para todos, su recipiente
es tan grande como los ríos y océanos del mundo entero. Nada de mérito y virtud
se puede perder jamás. En consecuencia, el desarrollar la Mente Bodhi - la
aspiración a rescatar a todos los seres sintientes - no sólo es necesaria, es
la esencia misma de la práctica budista.
Editor: no aplica
Es curioso, que la mente del devoto, trate
de salvarse o salvar a quienes quiere o necesita.
Lo extraño es que un Bodhisattva o un
Buddha, traten o deseen salvar o rescatar a todos los demás, antes que a ellos
mismos. No sólo el Bodhisattva, debería haber perdido el yo y demás, es que un
Buddha no puede tenerlos.
Antes de llegar a la Iluminación, todo
el esfuerzo se dedica a que todo alcance la Naturaleza de Buddha, que es
nuestra Naturaleza Original.
Alcanzada la Iluminación, no puede
sumergirse en la Naturaleza de Buda y creer que hay algo que salvar o alcanzar.
Por lo que lo que desaparece es la propia Meditación, no habiendo nada que
medite, nada que alcanzar, la Meditación no encuentra quien pronuncie su Nombre,
o que sepa de la existencia de algo llamado Buda.
No hace falta llenar océanos para
beber, porque lo importante es la libertad de la lluvia, del agua y conservar
el recipiente vacío, para que sólo contenga el Aquí y Ahora Eternos.
Sin embargo, sentarse a Meditar y
tratar de alcanzar la Iluminación personal, no es tener el recipiente pequeño,
es que no hemos visto la lluvia.
Meditar, desde el deseo, impide la
Meditación, pues es sólo un medio para alcanzar lo que deseamos. No Meditar,
porque tenemos deseo, es Ignorancia.
No hay nada que alcanzar, pero si no
entregamos nuestra vida, nuestro ser a conseguirlo, será nuestra Ignorancia la
que viva por nosotros, al no haber podido hacerlo desde la Mente o Naturaleza
Original.
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