Fracasados en conseguir manifestar ese
ser humano que decimos que nació con nosotros, decidimos celebrar los días de
Dios, esos en los que alguien nos daría lo que somos incapaces de conseguir.
Al final nos ha quedado el celebrar
varios días su nacimiento y su muerte, dejando de existir en nuestras vidas el
resto del año.
Creamos la destrucción, abuso y
violación de la Naturaleza durante un año, menos un día en el que celebramos el
día de la Naturaleza.
Otro día, para celebrar: La pobreza,
la mujer, la paz, al niño, la hermandad de los pueblos, la nación, la Tierra,
el pueblo, que nos recuerdan que hemos sido incapaces durante el resto del año, de
crear una sociedad que no tenga que celebrar un día para recordar en lo que ha
fracasado.
Pero como en tantas cosas, hemos
olvidado sus principios, sus funciones, su naturaleza, de aquello a lo que
hemos dado nombre.
Acaso, ¿sabemos realmente lo que
significa trabajador?, cuando un rey, un ministro, un presidente, un empresario
o cualquier persona o ser que existimos, somos trabajadores de la Vida, de la
sociedad, de la Humanidad, donde lo que nos ha sido concedido, junto con la
Libertad de cumplir y respetar nuestra función, es la responsabilidad de cómo
la realizamos.
Incumplimos nuestra responsabilidad y
fuimos expulsados del Paraíso, incumplimos nuestra responsabilidad e impedimos
que nazca la Humanidad, inventamos a Dios siendo Todo, y hemos impedido que
nazca en nosotros, y para recordar su no nacimiento, le matamos un día al año,
para no olvidar que todavía no hemos conseguido que nazca.
Decidimos que la Humanidad traería la
Paz a la Tierra del Universo, y no hemos salido de la guerra, del odio, del
abuso, de la violación, que nos impide incluso vislumbrar la posibilidad de que
la Humanidad nazca y viva en nuestra sociedad durante todo el año.
Somos trabajadores, que no tienen que
mirar fuera, que no tienen que celebrar un día que les recuerde que no son
derechos con los que nacemos, sino con la responsabilidad de cumplir con
nuestra función como trabajadores de la Vida, pues somos los creadores de su
manifestación.
Algo, que no debe ser nunca flor de un
día, cada día el Sol nos recuerda que lleva millones de años haciendo su
función, sin tener que celebrar un día que la incumple. La Tierra, las
galaxias, nuestro corazón, cada latido, cada instante, cada ahora, tienen la
responsabilidad del correcto funcionamiento del Universo, no tienen tiempo
libre para fiestas o celebraciones, de lo que no hacen.
Toda su existencia está ocupada y
dedicada a ser lo que son: Trabajadores de la Vida. Su irresponsabilidad,
dedicar un día a celebrar su fracaso en manifestar lo que son, sería nuestra
desaparición del Universo.
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