El sexto Patriarca, atemorizado porque
iban a matarle, sólo pudo articular una pregunta, que le salvó la vida: “Dime ¿Cuál era tu cara original, antes de que
nacieran tus padres? o “Sin pensar en bien o mal, dime cuál es tu cara original”.
Las preguntas
no son lo importante, sino lo que cada uno de nosotros puede responder. Cuántas
veces, es capaz de responder y seguir buscando respuestas. Cuántas respuestas puede
dar, antes de olvidar la pregunta.
Pero hay
algo que es seguro, si entendiésemos las enseñanzas de Buda, sólo leyendo sus
frases o explicaciones, estaríamos todos Iluminados y presumiendo, no ya de ser
humanos, sino de ser el propio Buda.
Recuerdo al
año aproximadamente de llegar a Japón, con unos 50 kilos, cansado y con
demasiadas cosas que no entendía. Fui a descansar unos meses a otro templo,
donde no había apenas meditación, podíamos salir a diario, leer libros,
escuchar la radio y ver la televisión, y pensé que eso me llevaría a descansar
y recuperarme, a un estado que conociese mejor.
Alguien me
dejó un libro de koans, que yo no sabía lo que era, y uno de los primeros que
leí, fue el de Rinzai. Quien me lo había dejado, estaba cerca cuando lo leía. De
pronto comencé a reír y llorar, sin poder dejar de leer. En ese momento, vi la
situación de Rinzai, la extraordinaria explicación de su Maestro Huang-Po, y al
pobre y perplejo Rinzai, tirado en el suelo molido a palos.
No importa
cuántas explicaciones haya encontrado en estos años, nunca estuve más cerca del
koan, que desde mi ignorancia de lo que estaba leyendo.
Es por ello,
que mirando al ego, todos lo tratamos como el abusador que nos controla y lleva
en la dirección equivocada. Muchos desconocen las palabras de Shakyamuni,
concediéndole un poder y un control de nuestro vivir y convivir, que parecería
que es alguien poderoso, fuerte, indestructible e inmortal, cuando lo que nos
dice el budismo, es que no tiene entidad, que es como un sueño o un
pensamiento, sin llegar a tener o ser algo invisible como el aíre, que tiene una
entidad, en nuestro mundo, nuestro Universo.
Si miramos
nuestra sociedad, está dominada por el ego, el egoísmo, de la ignorancia, que
nos dice Shakyamuni que origina el sufrimiento.
Y verdaderamente,
como nos ha dicho, no es nada, no tiene entidad, no existe algo que pueda ser
llamado ego.
Pero es algo
que nadie puede explicarnos, nadie puede explicarnos un koan, las explicaciones
no muestran la realidad de lo que algo es. Hay que poder ver la Cara Original,
antes de entender frases tan simples, afortunadamente en ese momento es
innecesario entender algo o nada.
Porque sólo
cuando se deja de pensar en el bien y el mal, cuando se trasciende o se pone un
pie en el lado de la dualidad y otro en lo Absoluto abarcando ambas orillas, se
muestra ese rostro que al igual que el de Isis, sólo puede vislumbrarse, pero
no verse o ser reconocido.
Y sin
embargo, no podemos dejar la Gran Duda, al leer las palabras de Shakyamuni o
los Maestros, todas ellas señalando esa cara original, todas ellas equivocadas.
Y sin embargo hay que dedicar la existencia, cuantas vidas o reencarnaciones
tengamos, a encontrar respuestas equivocadas que nos acerquen, a no recordar la
pregunta, sino ser la pregunta y la respuesta, esa cara original, cuando
nuestros padres aún no habían nacido, fuera de pensamiento o razonamiento, no
dejar nunca de buscar: Qué dijo realmente Shakyamuni y los Maestro con sus
palabras. ¿Por qué la fuente de nuestros problemas no tiene entidad?
Obviamente es
necesario saber antes, lo que significa entidad en la frase.
No hay comentarios:
Publicar un comentario