No pretendo molestaros

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Yui Shin

sábado, 6 de mayo de 2023

MENTE DE BODHISATTVA

 PARÁBOLA 013: BODHISATTVAS & ARHATS

Viajaba un anciano maestro por un sendero, seguido por un discípulo que llevaba sus bolsas. Viendo tierras siendo labradas por los granjeros y los bueyes explotados al máximo.

Los pájaros bajaban en picado para comerse los gusanos e insectos que morían en el proceso. El discípulo pensó, “Qué duro es ganarse la vida. Yo practicaré con toda mi fuerza, me volveré un Buddha y salvaré a todas estas criaturas.”

El Maestro, un Arhat capaz de leer los pensamientos de los demás, se volvió y dijo, “Déjame esas pesadas bolsas y yo te seguiré.” El discípulo desconcertado, hizo lo que le ordenaron y anduvo delante. Más tarde, con el caluroso sol incidiendo sobre ellos, el polvo arremolinándose a su alrededor, el camino alargándose interminablemente, el discípulo se cansaba más y más. No tardó mucho en pensar para sí mismo, “Hay tantos seres sintientes y hay tanto sufrimiento, ¿cómo es posible ayudarles a todos? Tal vez debería intentar ayudarme a mí mismo solamente.”

Inmediatamente, el Maestro dijo, “Para. Ahora tú llevas las bolsas y me sigues a mí.” El discípulo perplejo, sabiendo que no tenía que preguntar, hizo lo que se le dijo. Tomó las bolsas y anduvo detrás. Esto se repitió varias veces. El Maestro andaba delante con el discípulo llevando las bolsas, luego el discípulo iba delante con el Maestro llevando las bolsas, hasta que pararon para comer. Entonces el discípulo aunó valor y le preguntó la razón.

El Maestro dijo, “Cuando tenías pensamientos sublimes de salvar a todos los seres sintientes, tenías la Mente Bodhi, la mente de un Bodhisattva, y yo como Arhat tenía que seguirte. Pero tan pronto como tenías pensamientos egoístas, dejabas de ser un Bodhisattva, y siendo inferior a mí en años y práctica, ¡tú tenías que llevar mis bolsas!”

Editor: no aplica

           Desde tiempos inmemoriales, hemos soñado con mundo idílicos, donde dirigiríamos a todos, hacia la Iluminación de hacer lo que nosotros estableciésemos como correcto.

          Todos los príncipes, querían gobernar un reino de paz e igualdad, sin pobreza y sin necesidades. Todos los ministros soñaban con dirigir un ministerio que usando correctamente el dinero de los impuestos, permitiese al pueblo vivir en paz y armonía, sin cargar con problemas.

          Padres e hijos, amigos y enemigos, han soñado con una convivencia en paz y donde todos les respetasen.

          Cuando Shakyamuni, nos habla de la Mente de Buda, de la Mente Original, no hay nadie que la porte o use, es algo que está en nuestra Naturaleza. En la que sabiendo y conociendo profundamente, que somos parte de un Universo Único, sin importar cuántos haya en Él. Que todo cuanto existe está interrelacionado, y convive caminando a una meta, que si es alcanzada será por todos.

          Es cuando surge el compromiso, la promesa o voto del Bodhisattva: “Ayudar a que todos los seres sintientes y no sintientes, crucen a la otra orilla, erradicando el sufrimiento. Cruzando él, sólo cuando todos lo hayan realizado”.

          En el transcurso de la entrega, es natural que sepa que todos cruzaremos y estaremos a salvo, en el mismo momento, cuando cruce el Universo del que somos parte.

          Nada cruza realmente al otro lado, siendo Buda Uno, siendo la Naturaleza y Mente de Todo, su existencia es en ambas orillas, donde todos cuidaremos de todos, al igual que las células, los átomos, las estrellas de una constelación, las constelaciones de un Universo.

          La Duda, siempre estará presente en nuestra Dualidad, por ello es necesario entender lo que Shakyamuni quería decirnos, al decir que la Iluminación sólo nace de la Gran Duda.

          Decía un Maestro que pequeña duda, pequeña Iluminación, Gran Duda gran Iluminación, no duda no Iluminación.

          Son palabras, pero hay que llevar el peso del Universo, sin dejar que el Universo lleve el nuestro, para llegar al lugar Seguro, la Meta.



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