Pero ese conocimiento, es en respuesta
a las preguntas que nos hemos realizado, correctas o incorrectas, realizadas
tras una interrogación (¿) que existía antes de que surgiese la primera
pregunta. Y que obviamente, terminarán, cuando en un supuesto futuro infinito la cerremos, terminando todas las preguntas infinitas que surgen en una
Eternidad.
Curiosamente, lo que somos es aquello
que desconocemos, pues siempre nos faltará aquello que pregunta y aquello que
responde, para ser realmente lo que somos.
En un Universo en un cambio e
impermanencia Eternas, que creemos saber lo que somos o al menos lo pretendemos.
Miramos lo que somos, y no miramos los árboles, el agua, los minerales, el
lugar o el tiempo, que determinarán lo que estamos siendo, siempre el mismo yo,
siempre un yo diferente.
Si una parte del continente se
transforma en isla, todo cuanto vive en ella, se adaptará y evolucionará, para
poder vivir en ella. Si una parte del mar se seca, sus peces tendrán que
cambiar y evolucionar para adaptarse a vivir en seco.
La Tierra, es como es, por la luz y
existencia del Sol, de la Luna, de las estrellas, y la cantidad de agua y
tierra que la forman. Todo en ella, tendría que cambiar si algo se transforma o
muere, si desaparece en su forma de un ahora.
El dios de la muerte hindú, Shiva, es
el dios del cambio, de la transformación, el que en un Universo de Impermanencia,
manifiesta lo que Es en cada individualidad, en cada uno de sus órganos, en
cada uno de sus Absolutos.
Nada es destruido, nada desaparece en la
Naturaleza del Universo como todo. Sólo cumple con la Ley de la Impermanencia,
presentando diferentes formas y aspectos.
En un Universo, que si sólo existe la
transformación, al no poder destruirse la energía, que se transforma pero no
desaparece, podríamos decir que Shiva ha perdido el control de la muerte, al no
existir, pues es la Vida la que al cambiar de manifestación, muere un ahora naciendo
o transformándose en otro ahora, sin que exista el tiempo en el cambio.
La pregunta, surgida en la
interrogación existente mucho antes de nuestro nacimiento: ¿Quién soy?, quedará
sin respuesta eternamente, podremos escribir infinitas preguntas, durante toda
la eternidad, sin poder cerrar o crear la interrogante final (?).
Es una pregunta sin respuesta, pues la
infinitud de las respuestas, sólo serán las correspondientes a las preguntas
del yo, que queriendo conocer lo que Es, se olvida de incluirse en la
respuesta.
Somos todo lo que sabemos de nosotros,
pero lo que somos, se acerca más a lo que ignoramos que a lo que sabemos.
Si quitásemos el Sol, su energía
seguiría estando, pero la Tierra tendría que adaptarse y evolucionar, o
simplemente desaparecería o se caería del lugar que ocupa en el espacio.
"Yo soy", algo que no podemos pensar o
pronunciar, cuando lo somos.
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