También he escrito, que me abrió
varias veces la cabeza en nuestras conversaciones, y entendí en ese lenguaje
Universal lo que quería decirme, aunque no pronunciase palabra.
También he escrito y señalado, que albergaba
la Duda, pues como decía un Maestro: Sólo la Gran Duda, se transforma en Gran
Iluminación, pues cuando no la hay, la Iluminación no puede nacer.
La comunicación con mi Maestro, aparte
de las palabras y la convivencia, se realizó en el mismo idioma que nos enseña
el o la Gran Maestro-a.
Cuando enfermamos, vamos al médico nos
manda una medicina y nos curamos, generalmente no hemos escuchado, no hemos
llegado a ver ni tan siquiera el dedo, ni tan siquiera hemos percibido que
alguien nos quiere hablar: Nosotros mismos, que somos parte de la Vida que nos
dice, dónde termina el camino que seguimos.
Obviamente, la Vida podría preservar
nuestra salud, llover donde hace falta, no dejar que las tormentas destruyan
cosas, y que no tengamos que trabajar porque sus bosques, ríos, mares y cielo,
contienen todo el alimento que podamos desear.
Es algo que nos permitiría poder vivir
sin problemas, probablemente lo firmaríamos, que alguien nos diga y haga por
nosotros lo que es correcto y necesario. Pero eso impediría el nacimiento de la
Libertad, no permitiría que pudiésemos tomar decisiones, incluso que pudiésemos
manifestar nuestra individualidad, diferente a todas las demás y única.
Es algo que la Vida nos señala con su
dedo continuamente, sin dejar de hacerlo un solo ahora, sin cansarse de no ser
escuchada. Creando y dándonos lo que nosotros hemos creado, sin enfadarse o
dudar de sí misma, ante nuestras infinitas quejas.
Y es que mi Maestro, me tuvo que crear
Duda suficiente, para que escuchase a mi Luna, que por muy equivocada que esté,
iluminará eternamente mis noches.
Si logro que la Duda permanezca, si
escucho realmente lo que me dicen, si veo donde señala el dedo y soy capaz de
ver mi Ser, tarde o temprano, quizás después de la Eternidad mi Luna será la
correcta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario