No pretendo molestaros

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Yui Shin

miércoles, 20 de diciembre de 2023

FELICIDADES

           Es desconcertante, nos pasamos un año fastidiándonos unos a otros, y nos dedicamos cuando está terminando a desearnos felicidad. Es algo que me hace preguntarme, si no será para que aguanten nuestro desprecio ignorándoles o incluso creándoles problemas, otro año.

          Una vez leí en un libro, que alguien que vivió hace muchos años, más de 2500, que nunca había sufrido, al ver que había gente alrededor que sí lo hacía, decidió abandonar su comodidad y tratar de saber por qué ese sufrimiento en las otras personas, para poder ayudarles y erradicarlo.

          Obviamente, en sus tiempos no había Navidad, además él no quería que no sufriesen durante unos días, sino que encontrasen la felicidad en su vivir. Algo que él disfrutaba, no deseando más de lo que tenía, y no era porque tuviese de todo, sino porque agradecía vivir respetando lo que le rodeaba.

          Al final, lo que encontró es lo que no hemos entendido en estos 2500 años, que el origen del sufrimiento estaba en la Ignorancia.

          Lo que nos llevó a profundizar en la filosofía, los estudios y a crear colegios públicos y universidades, para encontrar el conocimiento que erradicase el sufrimiento.

          Desconozco si en estos días se pararan las guerras, los políticos cerraran los congresos y sus actividades para que descansemos de sus abusos, los bancos y muchos explotadores cerrarán unos días para que descansemos, pero habrá robos, asesinatos, delincuencia, abusos y violaciones, como si no hubiese Navidad y los estudios, sólo hubiesen servido para aumentar el sufrimiento que producimos en nuestra convivencia.

          Y es que con la Sabiduría tradicional de la Vida, a un niños que nació pobre, sin comida y pasando frío, le dio una vaca y un burro. Ambos le daban calor, una le daba leche, el otro transporte porque tan pequeño no sabía andar y su madre no podía caminar mucho cargada con él, estando de postparto.

          Los reyes, magos y con gran sabiduría le llevaron oro, que no es comestible, incienso que no podía prender al no poder comprar cerillas y mirra, que para qué la querría quien acababa de nacer.

          Así que nos explicó lo que llamaba Sabiduría aquel viejo que vivió, antes de que yo naciese. La verdad es que no lo he entendido todavía, qué quiso decir cuando habló de: “Saber diferenciar entre lo real y permanente y lo efímero de la falsedad, el saber distinguir lo correcto de lo incorrecto”, y que eso era la erradicación de la Ignorancia y del sufrimiento.

          La pregunta que no me han respondido todavía es: “Si no hay sufrimiento, y no podemos desear felicidad a los demás, ¿Existiría aún la Navidad?”, porque cómo podríamos ser felices sin turrón y polvorones.

          Obviamente, si miramos alrededor y todo lo que ha creado el conocimiento, todo cuanto poseemos en nuestro vivir, me llevaría a preguntarme, cuanto de todo ello me durará después de la muerte, si me lo llevo conmigo. ¿Cuánta satisfacción me llevaré, de los abusos que he tenido hacia los demás o conmigo mismo?, tendré en mi muerte el odio, los rencores, la ambición, la insatisfacción con lo que soy y tengo, y tantas cosas que conozco y hago, que me han sumergido en la infelicidad a mí y a todo lo que convive conmigo, o simplemente me desprenderé de todo y lo dejaré de herencia para mis hijos.

          La felicidad es permanente, siempre nos acompaña, incluso después de la muerte, porque es lo que hemos recibido de nuestros padres, lo que dejaremos a nuestros hijos. Sólo hay que respetar, que no dañar, para que la Dignidad, la Aceptación, el Amor, la dedicación y el hacer lo correcto, las abone y riegue, para que no tengamos que desearla, viviendo en Navidad, al nacer continuamente la inocencia del niño en nuestros corazones.



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