No pretendo molestaros

Al parecer, algunas personas se sienten ofendidas porque no las agrego a mi foro. No tengo, ni pertenezco a ninguno, simplemente escribo y lo publico en abierto, para que libremente pueda ser leído o comentado por las personas que lo deseen. Suelo comentar las páginas que me lo permiten y les parezca bien, de las personas que me añaden a su foro. Suele ser lo que siento al ver lo que han publicado, intentando dar una visión diferente, desde la que ha sido escrito. Lo que os agradezco.

Si tenéis que pagar para entrar en la página, no es la original. Como digo a la derecha es Gratuita y sin publicidad.
Yui Shin

domingo, 14 de enero de 2024

LA JUSTICIA

           Si miramos alrededor, el Universo con pocas Leyes, se mantiene Justo. La Justicia, no es impartida por el Universo, sino por la aceptación de manifestar lo que es Creado.

          Nosotros hemos buscado como base de la Justicia, la Ley, sobre todo su redacción, la letra, y como meta el perdón. Ese Perdón Divino, Infinito y Eterno, que rompería la Libertad y el Amor, pues nadie viviría las consecuencias de sus actos.

          Hay quien nos enseña que: Tras la muerte, viviremos desde un alma Pura, desde el Amor, todos nuestros actos, sufriendo así las consecuencias de ellos y aprendiendo lo que es correcto para una Vida de Felicidad y Amor.

          Otros nos enseñan el Amor de Dios, su Compasión, perdonándonos todo cuanto podamos hacer mal, incluso intencionado. Algo, que nos recuerdan que no es totalmente cierto, que tiene matices y está escrito.

          Salomón, decide que en Justicia, si dos personas dicen ser quienes tienen derecho a un hijo recién nacido, lo mejor es darle la mitad a cada persona, evitando discusiones y problemas. Sería justo desde la Ley, pero hay algo que mirar también que le lleva a darle el hijo a una de las que lo reclamaban como suyo.

          En Justicia, si esa mujer fuese virgen, si fuese imposible que hubiese tenido hijos, era la que debería recibirlo, pues había mostrado ser su madre, incluso sin parirlo. Porque la Justicia, no tiene como base nuestras Leyes, sino el Amor.

          San Pablo, fue perdonado de sus crímenes. Fue perdonado por Dios, no porque no hubiese asesinado, sino porque reparó el daño y su arrepentimiento fue absoluto y durante el resto de su vida.

          Sodoma, Gomorra, la Tierra, los mercaderes, no tuvieron que ser perdonados, sólo se les permitió conocer la consecuencia de sus actos.

          Buda el de la Gran Compasión, perdonó a Angulimala, a quienes le envenenaron y a muchas personas, Angulimala, dedicó el resto de su vida a ayudar a los demás y llevarlos al Camino. Otras vivieron las consecuencias de sus actos.

          Al final, el perdón sólo puede nacer en un corazón arrepentido. Lo que Dios hace, es no tomar represalias, sino permitirnos vivir en nuestra propia aberración, pues nos impide olvidar nuestra Humanidad, por muy inhumanos que seamos.

          La Justicia, no puede redimir, a quien no alcanza el arrepentimiento y el propósito de compensar el daño causado. No podemos devolver la vida, no podemos quitarle el sufrimiento padecido, sus miedos, o cualquier causa de nuestros actos, pero sí al menos tratar de ayudar a cualquiera que lo necesite, sin discriminación, porque parte del sufrimiento causado, lo está cargando esa persona que ayudamos.

          Por mucho que seamos perdonados, la Justicia nos exige, que reparemos el daño, que sintamos el total arrepentimiento y cambiemos la dirección de nuestro vivir. Porque el que alguien nos perdone, incluso Dios, no elimina el resultado de nuestras acciones, que veremos en nuestra sociedad, en nuestra convivencia, que es la maleta, donde nuestras acciones, guardan los resultados.

          La Justicia, no hay que pedirla, es algo que nace de nuestra Naturaleza Original, de Amor, Dignidad y Humanidad. Sólo cuando olvidamos o infringimos esa Naturaleza, es necesario implantar y enforzar las Leyes.

          Siempre hay que perdonar, a quien se arrepiente y cambia su proceder.

          Porque el Perdón, no es a los demás, sino dárnoslo a nosotros mismos.



No hay comentarios:

Publicar un comentario