Negar la realidad de las cosas es no ver su realidad; afirmar el vacío de
las cosas es no ver su realidad. Cuanto más hablas y piensas acerca de ello,
más te alejas de la verdad. Deja de hablar y de pensar, y no habrá nada que no
puedas saber.
Volver a las raíces es encontrar el significado, pero perseguir
apariencias es alejarse del origen. En el momento de la iluminación interior se
transcienden las apariencias y el vacío. A los cambios que parecen ocurrir en
el mundo vacío los llamamos reales solamente debido a nuestra ignorancia.
No busques la verdad; tan sólo deja de mantener opiniones.
Cuando nos dicen vivir en Cristo, o en
Buda o en cualquier Maestro, no se trata de aprender o recorrer el Camino de su
Enseñanza, sino ser Camino, ser su Enseñanza vivida por nosotros, ser el
Maestro, ser el Camino.
Todo aquello que podemos decir de
algo, sólo puede ser una pequeña parte de lo que es, pero siendo real, no puede
ser la Realidad de lo que Es.
Negar o afirmar lo que son las cosas
que percibimos en el Universo o en nosotros y decir que es o que no es nuestra
realidad, es perder el tiempo, si pretendemos encontrar la Verdad de lo que Es.
Afirmar o negar el Vacío, es negar o
afirmar lo que lo llena, que sin Él, no podrían existir. Las piernas están
unidas a un mismo cuerpo para caminar, pero no son una, tampoco es su realidad
ser dos. Porque: ¿Cómo podrían caminar sin estar unidas al cuerpo?, o sin
suelo, sin mente, sin ojos que vean el camino. Podemos aislarlas, pero
obviamente traicionarían su nombre de piernas.
Cuando dejamos de hablar o de pensar,
nos convertimos en amos del sonido, de la mente. Cuando no hablamos, el sonido
se expresa en sí mismo en su ahora, la mente se manifiesta como mente ahora, y
nosotros podemos ser lo que somos, sin que ignoremos algo. Porque aceptar lo
que algo es, no significa dejar de interesarse en sus cambios, en su relación
con el resto del Universo, en su relación con nosotros.
Hay una Sabiduría, que es Naturaleza
de Todo, pero en la Dualidad suele alcanzarse por medio del Conocimiento, y cuando
desde la aceptación, olvidamos el conocimiento.
El Universo, la Vida, son sólo Una, no
hay Iluminación que nos permita ser una parte separada. Pero al mismo tiempo,
la misma Iluminación, nos permite funcionar como parte de un Todo, sirviéndole
en su manifestación.
Es entonces, cuando encontramos la
Cara original, antes de que hubiese nacido la Vida, encontrando el origen, a la
raíz o semilla de la Vida que somos. Donde no existe la forma o el vacío, sino
el Ser de cada individualidad, como Todo, como Nada.
La Verdad, es que todo es lo que Es. Que no hay nada que se manifieste que no sea Creado por las acciones u
omisiones del Universo, que sin hacer nada, estando todo hecho, no puede evitar
que nazcan aquellas consecuencias de su manifestación.
Nuestro mundo, nuestro Universo, no es
real o irreal, es lo que hemos creado. No hay más culpable que nosotros, ni la
Vida, ni Dios, ni el Universo, crean el mundo en el que vivimos o creemos o
percibimos vivir. Somos creados por la Libertad y el Amor, y somos libres de
manifestar nuestro Libre Albedrío, en un mundo que sin ser real o irreal, es en
el que existimos.
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