Mantente sereno, sin hacer esfuerzos, en la unidad de las cosas, y tales falsos conceptos desaparecerán por sí solos. Cuando tratas de parar la actividad para alcanzar la pasividad, el propio esfuerzo te llena de actividad. Mientras estés en un extremo o en el otro, nunca conocerás la Unidad.
El Camino siempre es perfecto, cuando
no hay camino, cuando no salimos nunca del Aquí. Algo que no es un punto sino
un Todo.
En el espacio Infinito, cuando
elegimos por dónde caminar, estamos creando un camino, la mayoría de las veces
separado del Infinito. Cuando rechazamos por dónde caminar, estamos fuera del
Infinito, separados de Él, como si fuera algo posible, algo que realmente hacemos
en nuestra mente y apreciación de lo que somos.
Algo separado del Infinito, algo
separado del Todo.
Todas las cosas externas están
enmarañadas, aunque no se diga tanto, las cosas internas también lo están. Por eso
se trata de sentido común, quien está dentro le falta todo lo de fuera, quien
está fuera le falta todo lo de dentro, el problema no está en la existencia del
fuera o el dentro, todo está perfectamente delimitado y sólo se dedica a ser
lo que está siendo en cada ahora.
El enmarañamiento, surge cuando en
lugar de vivir, lo que vive es un yo, estable, permanente al que consideramos
como yo, toda nuestra vida.
El esfuerzo por unir las cosas, es
debido siempre a nuestra percepción de contemplarlos separados, no es necesario
el esfuerzo por unirlas, el esfuerzo se debe a que no debemos separarnos
nosotros de ellas. Cuando estamos unidos con el fuera y el dentro, cuando no
percibimos dentro o fuera, el yo se diluye en el Yo, ese yo impronunciable
cuando desaparece el tú.
El corazón, los pulmones, los ojos, el
Sol, el Universo, carecen de actividad, simplemente se manifiestan en el
esplendor de su ser, es el que percibamos su actividad, lo que nos hace creer
que existe y que debemos alcanzar la tranquilidad, lo que hace que nuestra
propia actividad, la contemplemos como actividad y el ser de las cosas, como su
actividad propia.
Dice el budismo, que el Camino Medio
es el que incluye los dos extremos. Todos los caminos están bordeados por un
espacio, aceras, vallas o algo que los marca a ambos lados, que son sus
extremos a lo ancho.
Todos parten de un punto y llegan
hasta otro, que son sus extremos a lo largo.
Si quitamos uno de los extremos,
obviamente el camino se pierde en el infinito, al dejar de ser limitado. Si quitamos
ambos extremos, el camino se vuelve Infinito, al quitar sus limitaciones, pero
al mismo tiempo deja de ser considerado como camino.
Por eso el camino siempre que no lo
limitamos es Infinito, podemos ir en cualquier dirección, buscando cuál es la
correcta, para no dificultar o entorpecer el caminar de los demás, que a pesar
de no existir, es lo que nos permite caminar en el Camino, vivir en la Vida,
con un yo que no pudiendo ser separado de los demás, mantenemos en confrontación
con ellos, con nosotros mismos, que no podemos separarnos, pues la inclusión de
los extremos significa que ambos en el Infinito, se unen justo en la posición
de Aquí que estamos ocupando como camino.
Un Camino Infinito, en el que nada es
excluido como Camino.
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