Lo que apuntan muchas teorías, yo
diría que la mayoría, es que somos inmigrantes de algún lugar desconocido.
Nuestra constancia, esfuerzo y
dedicación, ha conseguido que mantengamos la dirección en la que camina nuestro
hogar, gracias a nosotros: Contaminación de los mares, ríos, tierra, aíre;
desaparición de bosques, agua, especies; guerras, envidias, Indignidad,
destrucción de razas y sobre todo, la duda de si podremos seguir viviendo en la
Tierra, ese lugar al que emigramos, y hemos destruido, hasta tener que
preguntarnos: ¿Cuánto tiempo más podremos vivir en ella?.
Pero es nuestra aportación al hogar,
hemos hecho cosas, indudablemente hemos realizado cambios, que han mejorado
nuestro vivir, pero han destruido cosas del Hogar, que nos dificultan el seguir
existiendo.
Hay grandes confrontaciones
ideológicas, acerca de si debemos permitir la inmigración, si debemos
controlarla, dejar entrar sólo lo que nos conviene, o permitir que la Tierra
sea el hogar de todos.
Obviamente, aunque sea por egoísmo, cuando vamos a casa de alguien hacemos algo que mejore nuestra estancia en él.
Incluso así, el reparto de lo que hay, al ser más, obviamente tocaremos a menos,
no importa si somos honrados y buenos vecinos.
También es natural, que si somos más,
podamos producir más, con lo que en el reparto, podríamos tocar a lo mismo,
incluso a más cada uno.
Pero esa Naturaleza que nos hace incapaces de cambiar o evolucionar, hacia la Humanidad, que permita que seamos
todos Inmigrantes en un solo Hogar: La Tierra, miembros de una única familia
bien avenida, que unamos el esfuerzo en una misma dirección, el bienestar de la
Tierra, su salud, su felicidad, su dedicación a ofrecernos alimento y cobijo a
todos sin discriminación. algo que no es responsabilidad de la Tierra, sino de
cada uno de nosotros individualmente.
Países dominados por la corrupción,
que obliga a salir a los abusados y violados y envía a quienes mantienen y
aumentan la corrupción.
Países que carecen de Justicia, porque se han sumido en la Indignidad, en la carencia de respeto por sí mismos y por los demás, lleva a emigrar a quienes huyen y a quienes la protegen y multiplican.
Hay, quienes hacen los trabajos que
los propios ciudadanos, de los hogares a donde han huido no quieren realizar,
que a veces son llamados por esos países para resolver un problema.
Los hay, que con su preparación y
esfuerzo enriquecen y ayudan al hogar que les recibe.
Pero nuestra Indignidad y ambición,
nos lleva a enviar o permitir que vayan, los delincuentes, los que cuidan de la
Indignidad, las maras, las organizaciones criminales, los corruptores que
ayudan con su aportación de drogas, el que creamos que la vida se facilita
cuando perdemos nuestra consciencia, nuestra responsabilidad, el respeto de lo
que somos, la Dignidad.
Pero no es el impedir la Inmigración
lo que traerá la Dignidad a nuestra isla, porque la Dignidad pertenece a la
Tierra, y somos nosotros los que la tenemos que sembrar, cuidar y permitir que
florezca y fructifique.
No es un trabajo de todos, es el
trabajo de cada uno. He visitado muchos países, he pasado unos 17 años, viajando
con el macuto, la mochila. En todos hay buenas personas, pero la pobreza, la
envidia, la corrupción y la discriminación la he encontrado en todas partes,
incluso a veces en esas buenas personas y en mí.
La Dignidad sólo nace en cada ahora,
si se descuida, su siembra y crecimiento tomará generaciones. Un momento sin
vivir con ella, nos cuesta años de recuperación, para reparar el daño que hemos
creado en nosotros, en la Tierra nuestro hogar.
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