Curiosamente, cuando miramos a través
de un color, lo único que no vemos es aquello que tiene el mismo color.
Simplemente, es una cuestión de carecer de contraste, la que nos impide ver una
realidad, ocultada por mirar con las ideas o colores de otra persona.
Finalmente vemos lo que la otra persona, porque nos negamos a mirar y ser los
responsables de lo que vemos.
En budismo, cuando comencé a conocer
sus enseñanzas y al leerlas, no podía comprender cómo es posible que en un
Sutra te digan una cosa, para negarla en el mismo Sutra o en otro. No hay nada
en las enseñanzas budistas que no sea un dogma de fe, que no esté negado o
declarado inexistente en otro párrafo o enseñanza.
A los occidentales, acostumbrados a
que cuando hace frío, es que hace frío. Tener que pensar que esa misma
temperatura, nos produciría calor si estamos en otro lugar con una temperatura
más baja, nos parece una incongruencia o paradoja.
La base del budismo es la permanencia
de la manifestación dual: Para que algo exista realmente, tiene que tener dos
mitades: “La una opuesta a la otra”. No nos dice un punto de división o cómo
hay que medir o cortar ese algo para que tenga dos mitades. Algo que es Imposible,
porque si separamos las dos mitades, tendremos cuatro mitades.
Una de las afirmaciones y negaciones,
o contradicciones más difíciles de entender desde nuestra mente, mirando con
los colores de occidente o de algún filósofo occidental, es que existe un
Absoluto que se llama Buda, cuya Naturaleza, al igual que la de cualquier
individualidad manifestada en la Dualidad es la del Vacío, la Nada, la
Inexistencia al existir sólo en el sueño.
La mayoría de los filósofos y
pensadores occidentales, dicen que la Nada o el Vacío no pueden existir, porque
nada puede ser creado por la Nada.
Yo me pregunto: ¿Cómo podría existir
el Amor, sin la existencia del Vacío?.
Todos sabemos que la circunferencia, es
una línea o sucesión de puntos equidistantes desde un punto llamado centro. Pero
la realidad es que el centro de la circunferencia no tiene una existencia real,
pues su medida es CERO.
Otra de las bases del budismo es el
Aquí y Ahora, donde reside la existencia de la Eternidad. Cuando me pregunto cuántos
ahora hay en un segundo, y cuántos habrá en varios millones de años, a la
conclusión que llego es que hay los mismos.
Sumar ceros hasta llegar a uno, son
los mismos ceros que habría que sumar para llegar a un millón. Siempre serán
Infinitos. Pero es precisamente que el Ahora carezca de tiempo, siendo al igual
que el centro de la circunferencia o cualquier centro, equidistante de pasado y
futuro, sin que exista uno de ellos, obviamente, sólo cuando el tiempo es cero,
podemos llamarlo ahora.
La Paradoja es, que sólo podemos
llegar a la Eternidad sumando un número Infinito de Ahora. Con nuestro
entendimiento, de que algo sólo puede tender a cero en el Infinito, su suma nos
dará un tiempo Infinito, pero no la Eternidad, sin Principio ni final.
El Amor, es la entrega Absoluta, pero
no necesariamente a algo concreto, algo que solemos llamar Dios, pero que no
sabemos ni tan siquiera definir. La entrega Absoluta nos convierte en Nada, que
no tiene Noción o Percepción de Ser, para SER a lo que nos hemos entregado, que
curiosamente es ese Todo, ese Ser Infinito, Absoluto, Eterno, formado por la
entrega como Amor, de todos los Nada que lo integran.
Y es que a veces para ver algo, hay
que mirar con varios cristales de varios colores, pero siempre lo ideal es
mirar nosotros mismos.
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