Pensamos que somos Ilimitados, que nuestra potencialidad nos permitiría convertirnos en cualquier cosa, mediante el esfuerzo necesario.
Somos la Vida Infinita, que manifiesta
al hombre como su cumbre evolutiva, dentro de la materia y la dualidad.
Y sin embargo, para todo ello
necesitamos la Impermanencia y el tiempo, lo que limita lo que podemos lograr y
ser.
Lo más simple es que para ser
Infinitos, deberíamos ser Nada. Existiendo en el Aquí y Ahora, que carece de tiempo
y por tanto de la capacidad de percibir el cambio.
Y hay algo que nada puede ser, incluso
en la Eternidad, lo que está siendo Ahora. Ni podemos ir a un Lugar: Aquí,
porque es el lugar que estamos ocupando Ahora.
Y es que para sumar algo y poder
llegar a la Infinitud, hay que ser cero. Y para poder ser cualquier cosa en la
Infinitud, hay que ser Nada, porque lo que somos, nos impide ser Todo.
Es el cambio, el tiempo, la
impermanencia, la que hace que nada pueda repetirse, el establecer algo, rompe
lo Infinito, ver algo cambiar, rompe la Eternidad.
De la misma manera, ser algo nos
impide ser Todo.
En el Universo nada deja de Ser, pero
sólo se manifiestan siendo Universo, lo que crea al Todo. Nosotros vemos,
estudiamos, analizamos y queremos conocer al Todo, en el que faltaremos siempre
nosotros.
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