Obviamente es una de las partes, todo
cuanto hacemos en la vida, en nuestro vivir, es un paso a cómo manifestamos
físicamente lo que somos.
Nos sorprende que durante siglos, la
mayoría de la gente obesa era rica, pues era el signo que enseñábamos al mundo
de nuestra opulencia.
Pero también mucha gente rica, era
normal o delgada en esos tiempos, donde el que estuviesen delgados no era por
comer poco. Los pobres eran delgados, presuntamente porque no tenían suficiente
comida.
Hay algo que les digo a las personas
que han venido y se quejaban de su gordura. No importa cuánto metemos en una
bolsa, para que esta se hinche y se deforme. Lo importante es que no saquemos
lo que no nos es necesario.
Si nos compramos o tenemos un bolso o
bolsa grande, para guardar nuestras cosas, tarde o temprano, se llenará o
explotará, si metemos lo que necesitamos olvidando sacar lo que hemos dejado de
necesitar.
Si compramos o tenemos un bolso o
bolsa, pequeña, como las que se llevan al ir al cine, teatro o algo donde no
necesitaremos mucho. Si al regresar sacamos todo y sólo metemos lo que
necesitamos para esa nueva ocasión, el bolso no se deforma nunca. Sólo tenemos
algún bolso más grande para otras ocasiones.
Hace tiempo, quizás no lo hayamos
pensado, pero una de las cosas que nos mantenía delgados era la resignación. Todos
estábamos resignados a nuestra situación y circunstancias. Lo que eso nos
evitaba era la angustia y la necesidad de satisfacernos.
Una de las cosas que produce el hambre
compulsiva e insatisfecha, es la angustia, el sentir que deseamos más, el que
no hacemos suficiente, la insatisfacción con nuestra vida. Porque esa hambre
mental, no podemos satisfacerla comiendo comida. Sólo el amarnos y respetarnos,
nos produce la satisfacción, para alimentarnos con lo que necesitamos y
expulsando todo aquello que nos es innecesario, bien por no digerirlo o no
haberlo asimilado.
Tenemos problemas físicos, que nos
hacen engordar incluso comiendo poco, como el hipotiroidismo, que es lo que
marca nuestra capacidad metabólica cuando es baja. Somos un motor de bajo
consumo, si usamos un carburador grande ahogamos nuestro funcionamiento.
En realidad, es la vagancia de buscar
demasiado la facilidad y comodidad, es el que creamos siempre que podemos hacer
o tener más, el compararnos con los demás, el vivir con la insatisfacción de lo
que somos, que nos lleva a escondernos detrás de la comida o tratar de
desaparecer no comiendo.
La realidad es que la Vida es un plato
muy grande, lleno de cosas deliciosas y de cosas desconocidas. Todo es nuestro,
pero sólo deberíamos coger lo que nos es necesario, porque es el plato donde se
alimenta el Universo.
Es importante comer lo que deseamos,
pero si no devolvemos el alimento de gusanos, insectos y abonamos el campo
cagando, seguro que seremos premiados con obesidad.
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