Nosotros
sólo tenemos una Ley, que se opone realmente a nuestras creencias, pero se
ratifica en nuestras filosofías y pensamiento, la Ley de la División, en la que
toda Individualidad o parte de algo, puede ser dividido Eternamente en partes
más pequeñas.
El
Universo sigue perfectamente siendo Uno, tras miles de millones de años y se
cree que podrá seguir existiendo toda una Eternidad.
El
Universo sólo tiene en el tiempo el Ahora, que le permite que desde algo que no
tiene medida, que es cero, poder crear y existir en la Eternidad.
Nosotros
dividimos el tiempo en instantes más o menos grandes, pero siempre nos falta o
sobra tiempo, vivimos o existimos durante un tiempo y luego nos transformamos
en el origen: Energía, que no sabemos ni tan siquiera lo que es realmente.
Dividimos
el tiempo, tan pequeño como podemos y aún así, hay existencias que no podemos
medir, por lo que tenemos que crear nuevos aparatos para dividir el tiempo y
saber cuánto tiempo existe algo.
Hemos
dividido en: Átomos, al que hemos vuelto a dividir en partes más pequeñas, que
a su vez hemos dividido en más pequeñas. En dioses, que eran muchos y
finalmente hemos llegado al monoteísmo en el que tiene muchos nombres, aspectos
y explicaciones de cómo es. Hemos dividido la Religión en muchas, todas ellas
Verdaderas, con un solo dios en cada una de ellas. La Tierra en tribus, en pueblos,
en zonas, en países, en imperios, en barrios, en familias, en individuos y
todo ello en buenos, malos, y cuantas divisiones podemos.
Finalmente
hemos llegado a poder definir muchas cosas, sabemos cómo son las partes, pero hemos
perdido la visión de las Unidades, de cómo deben de funcionar en el Universo,
donde sólo se les permite funcionar correctamente en su Individualidad, sin por
ello dejar o cambiar la propia.
El
misterio no está en que no cambien, sino en ser lo que son en cada
circunstancia o condición que exista en el Ahora, que se está mirando.
Nosotros
tratamos la minimización de todo, de dividirlo para no tener responsabilidad de
los Unos, de lo que se manifiesta como Todo.
Mientras
el Universo nos da la responsabilidad de ser sus creadores, pues su Ley le
impide ser algo diferente a lo que son cada una y todas sus partes.
Es
pesada la Responsabilidad de lo que somos, pero es el precio de la Libertad que
tenemos, que es irrenunciable, intransferible, nuestra Naturaleza y lo que nos
permite ser lo que somos y ser el Universo, la Vida, Dios o la Filosofía y la
Religión, porque el Universo existe como Es, por existir nosotros como somos.
Cualquier
cambio en una de nuestras partes, modificaría lo que es el Universo, la Filosofía
o la Religión. Todo ello, son partes de ese Dios que hemos creado como Meta de
nuestra Existencia y al que nosotros tenemos que dar Vida, en la nuestra, pues
ese Todo y Absoluto Dios, seguirá existiendo Inmutable, incluso si desaparece
el Universo.
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