He dado muchas
respuestas: El Mal, pero obviamente no podríamos alcanzar el Bien, si no es
trascendiéndolo.
La Ignorancia, pero qué otro
recipiente podríamos usar para llenar de Sabiduría.
Un discípulo que no aprende, tras años
de práctica, pero cómo no alegrarse del gran esfuerzo, de quien tiene poco
entendimiento, que es mucho mayor que el de los demás, para todavía no entender.
La vagancia o falta de interés del
discípulo, pero qué motivo tendría, para entristecerse, cuando alguien reconoce
su carencia de interés, pero continúa practicando cerca del Maestro.
Que el Maestro está más allá de la
alegría, la felicidad, la tristeza o pérdidas y ganancias.
Finalmente, la respuesta que he
encontrado es que el Maestro se entristece, cuando un discípulo aprende cuanto
enseña.
Ver que el discípulo, puede repetir
cada palabra, cada frase, cada enseñanza, que ha aprendido cuanto se le ha
dicho, le lleva a preguntarse, por la falta de dualidad del discípulo. Ha
recibido cuanto el Maestro le ha dado, pero el Maestro se pregunta: ¿Cuál ha
sido la aportación de ese discípulo?, los otros aportaron su ignorancia, su
falta de interés, su torpeza, que hacía que lo aprendido tuviese parte de ellos
mismos, que hubiesen aportado su entendimiento.
Pero un discípulo que aprende lo que
le es enseñado, sólo posee una Verdad ajena, se ha quedado como el eco del
Maestro, siendo sólo donde rebotan sus palabras.
Shakyamuni, tuvo muchos discípulos y les dijo que
sólo la Gran Duda, desemboca en una Gran Iluminación. Que la Pequeña Duda,
lleva a una Iluminación Pequeña y que sin la Gran Duda o sin Duda, no puede
haber Iluminación.
Cuando el discípulo aprende lo que le es enseñado,
su entendimiento le lleva a no dudar, cuyas consecuencias, entristecen al Maestro.
Ver cómo, somos incapaces de mostrar nuestra
Naturaleza, cuando nos acomodamos en el entendimiento de lo que nos rodea,
cuando somos incapaces de mostrar lo que somos, simplemente manifestando
nuestra Verdad, nuestro Ser, nuestra Naturaleza de lo que creemos: Humanidad,
Dios, Vida, Universo, Energía, Nada, en lo que hay Ahora, no importa el estar
equivocados, porque es el equivocado el que camina, el que por medio de la Gran
Duda puede encontrar su Cara Original, su Verdadera Naturaleza.
Es el conocer y saber, lo que hace que manifestemos
la Verdad ajena, lo que nos dicen, lo que nos enseñan, sin aportar nuestra Humanidad
al menos, nuestra opinión, nuestra Duda.
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