La otra es la filosofía, el Amor al
Conocimiento. Lo importante es separar el saber o conocer cosas y el
Conocimiento que nos encamina a la Humanidad y a la Sabiduría.
Desde antiguo, en oriente se
establecieron dos bases, una es, que todas las cosas, incluido el Universo y
Dios, ese Dios que buscamos y tratamos de encontrar, siempre constan de dos
mitades. En el Tao Te King, se establecen dos partes, el Tao y la manifestación
del Tao, que Confucio desarrolló con detalle, pero obviamente no es aplicable
en la dirección correcta si sólo caminamos en esa mitad.
En occidente se desarrolló la
filosofía de la razón, en la que el conocimiento de las cosas, era primordial
para establecer los puntos importantes. No ignoraban que las cosas tienen dos
mitades, las matemáticas superaron con creces ese punto, pero no llegaron a
buscar las implicaciones que eso tiene en el Universo y en Dios, no por falta
de conocimiento, sino por descuido y considerar que no era importante en el
razonamiento de lo que era el Universo, incluso no hay una filosofía
occidental, que vea el Universo y Dios como las dos mitades del Todo, de lo
Absoluto.
Dado este paso, establecida esta base,
la dirección que se tomaba, era diferente a las demás, pues ninguna era la
correcta. Establecimos que hay Todo sin dos mitades, que el Universo en su
existencia, sólo podía nacer, ocupando un espacio donde no hubiese otra cosa,
esto es, la Naturaleza de Vacío, que confiere a Todo, el budismo, y está
implícito en las filosofías orientales.
Las filosofías, han combatido, luchado
y negado las demás, cada una de ellas. Estableciendo niveles de Verdad, en la
que la mayor siempre era la nuestra. Es algo que al igual que en las
religiones, nació de nuestro ego, ambición, prepotencia, ignorancia y no
entender las palabras y nombres establecidos por nosotros.
El Amor al Conocimiento, no cree tener
la Verdad, por lo que se sumerge e impregna del resto de Conocimientos,
diferentes al propio. Sin por ello, negar que la única Verdad es la propia, incluso
sabiendo que está equivocada, porque nuestro amor por nosotros mismos,
manifiesta la Verdad de lo que somos en ese momento, siendo por tanto nuestra
única Verdad.
Es por lo que las palabras de Séneca, cuando
dijo que sólo sabía que no sabía nada, mostraba que él era su verdad, algo que
no podemos percibir o conocer. Perdido el yo, reconocida su ignorancia, podía
escuchar y aprender, cualquier verdad por muy opuesta a sus creencias que
fuera.
Eso es amar el Conocimiento, escuchar
y respetar cualquier verdad, pero manteniendo y enriqueciendo la única que nos
pertenece, la nuestra, lo que somos en cada ahora.
Al igual que miramos la Religión y se
dice que es el opio del pueblo, que es algo que no debería ser enseñado en las
aulas, si no es en colegios de una religión concreta. La Filosofía, que pregona
que es el conocimiento el que nos hará libres, podemos mirar o preguntar por la
libertad de los ciudadanos de Nagasaki e Hiroshima, que sufrieron las
consecuencias del conocimiento, que pregona la filosofía o algunas de ellas.
Obviamente, si miramos un solo lado, una
sola mitad de algo, veremos lo positivo en lo que está de acuerdo con nosotros
y lo negativo en lo que no.
Pero la Filosofía y la Religión,
hablan y nos deben de sumergir en el Amor, al Tao y a su Manifestación, a Dios,
al Universo y podríamos decir que a su Conocimiento, que un Gran Filósofo, sólo
podría alcanzar el conocimiento de su profunda Ignorancia, al tener que ser Uno
con Dios o el Conocimiento, por medio del Amor.
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