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Yui Shin

viernes, 5 de julio de 2024

LA NATURALEZA DEL VACÍO

          Durante miles de años, hemos tenido a Dios y su Creación, hemos tenido a las partes que nos sirvan de distracción y nos alimenten al ser nosotros la imagen y semejanza de dios. Incluso en nuestra Ignorancia y prepotencia, hemos encontrado que realmente Dios no existe, obviamente somos el original.

          Matemáticamente hemos mantenido que cualquier individualidad tiene dos mitades, no porque tengan que llamarse así, sino porque le hemos dado nombre.

          En oriente, dijeron que esas mitades de toda individualidad son una Yin y otra Yang, por lo que nosotros entendimos que sería en individualidades que se pudiesen partir y separar las mitades. Es un error que nos ha llevado a no entender y caminar en el camino equivocado en nuestras creencias, filosofía y entendimiento de lo que somos, en esa respuesta a la pregunta que dicen perseguimos: ¿Quién soy?

          Las dos mitades, cualquiera puede ver que son opuestas: La izquierda-derecha, arriba-abajo, grande-pequeña, buena-mala. Pero pensamos que eso sólo es posible en lo concreto, en la materia, en los sentimientos, en los pensamientos o lo que de alguna manera tiene una consistencia para nosotros.

          Pero esa división, también se realiza en los Conceptos, incluso en lo que aparentemente es inexistente, o en los Conceptos filosóficos, que establecieron los filósofos occidentales, que en su prepotencia o porque desconocían estas filosofías orientales, dieron un primer paso, en la dirección equivocada y nuestro seguidismo borreguil, nos ha llevado a caminar en los caminos marcados por ellos. Por tanto, alejándonos más de la meta correcta.

          No existe una meta correcta o incorrecta, la meta siempre es llegar donde estamos: Aquí, tampoco hay un futuro en el que llegaremos a ella, sea la correcta o la equivocada, pues llegamos a ella: Ahora.

          Esto parece que es irrazonable, pues medimos nuestras vidas por el tiempo, olvidando que como Vida, somos Infinitos y Eternos. Conceptos que impiden que podamos movernos de un aquí o de un ahora, pues la Impermanencia, el Cambio, sólo permitirá que en un nuevo aquí y ahora, lo que existe sea algo diferente a lo que somos.

          Cuando alguien dijo que: Nada surge de la Nada, dijo una media verdad, sólo hablaba de la mitad Yang o de la mitad Yin. Porque nada puede existir, si no encuentra y ocupa un espacio vacío. Luego, sin ese espacio Vacío no podría nacer el Universo o el Espíritu, que siendo algo, necesita el Vacío para existir.

          Sólo de algo Inexistente, puede nacer la Existencia. Cuando no existimos, se unen un espermatozoide y un óvulo, y comenzamos a existir, hasta hacerlo como individualidad física, separada de un origen, al sernos cortado el cordón umbilical.

          Nuestra individualidad, nuestro Uno, surge de un dos: nuestros padres, de un cuatro: nuestros abuelos, y de una multiplicidad: la humanidad, de un Universo: el animal, todos ellos siendo Uno, cuando nos dan existencia como Uno, actuando como dos mitades Unidas: Femenina-masculina, izquierda-derecha, Todo-Vacío, Dios-Creación.

          Nuestra individualidad siendo uno, obviamente no puede tener existencia, sólo una existencia potencial, pues sería imposible, hacerlo separados de nuestra otra mitad, el Uno, llamado Universo, llamado Vida, Dios con muchos nombres, o podemos pensar o razonar lo que queramos, pero lo que nunca podremos lograr es dejar de ser la mitad Yin o la Yang, de un Todo, mitad de: Una pareja, de una familia, de una humanidad, donde la otra mitad es lo que percibimos o llamamos demás.

          Nunca podríamos nacer sin un útero, sin una matriz, sin un espacio o lugar Vacío, lleno de Potencialidad Infinita de existencia.



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