El ahora, es un espacio entre el pasado
y el futuro, que si contiene tiempo, tendría una mitad futuro y otra mitad
pasado.
Eso al menos dice la Ley del Yin y del
Yang: “Cualquier individualidad tiene dos mitades opuestas”. Estas mitades y
partes, son individualidades en sí mismas, que al integrarse en otra, no
podemos conocer dónde estarán o cómo serán. El número de posibilidades de dividir
en mitades una individualidad es infinito, por lo que cualquier individualidad componente
de otra: “Sería ella misma y su opuesto”.
Nosotros vivimos en la comprensión de
lo que las cosas son, algo que hace que vivamos en un mundo imaginario, que
obviamente es nuestra realidad. Un vivir en ambas mitades opuestas, sin poder
negar una de ellas, si queremos que exista la otra mitad de nuestras vidas.
Nuestra despreocupación por entender
nosotros mismos lo que somos como Individualidad, nos ha traído simplemente, a
tomar como realidad lo que nos han dicho que somos. Nuestras creencias en
cualquier campo, se centran en lo que alguien nos ha dicho, incluso negando,
que en realidad es nuestro entendimiento de lo que nos dijeron, algo que nos
haría responsables de nuestros actos.
Nos hablaron de la Mónada, de un
Creador, de un alguien que nos premia o nos castiga, según su Ley. Los humanos existíamos
en la Tierra, fuimos creados a imagen y semejanza de alguien perfecto o al
menos éramos creación directa de Dios. Pero pudimos evolucionar desde otras
formas animales, parecidas a nosotros como el mono.
La pregunta sería, si fuimos nómadas y
nos encontrábamos con otros homínidos, por las circunstancias de que el cambio
se realizase en varios puntos, cuyas condiciones eran diferentes, cómo el resultado fue el mismo. Y sobre todo: por qué, nos asesinamos mutuamente.
Si Dios o su Concepto, es que es una
Mónada o Entidad Inmutable, nosotros seríamos sólo su otra mitad, sin la que no
podría existir. Lo que haría que una mitad fuese Inmutable y la otra
Impermanente.
Pero sucede, que el Ser, que es otra
definición de la Mónada o de Dios, sólo puede existir en el Ahora, que puede
ser sin tiempo o la propia Eternidad, pero entonces no podría tener percepción
de partes o mitades.
Y es que las verdades establecidas por
filósofos y creadores de religiones, son sólo percepciones personales o formas
de explicarlas, de alguien que pretende desde el uso de un número de factores,
de conocer la solución al resultado de un número infinito de ellos.
No señalo a que estén equivocados en
la Verdad de su percepción, pero si yo no tengo percepción propia, correcta o
equivocada, estaré existiendo en una Verdad ajena, que no me responderá nunca quién
soy como individualidad y como Individualidad.
El vivir como individualidad opuesta
al resto de individualidades, es la sociedad que hemos creado, partiendo de las
verdades ajenas y no aceptando nuestro entendimiento propio, que es el que
usamos. Si nuestros brazos, piernas, corazón, pulmones o cualquier parte de
nuestra individualidad, existieran como individualidades opuestas, podemos
imaginar y entender lo que sería nuestra existencia.
Lo que hace más inexplicable, que no seamos
conscientes de que la sociedad en la que debemos existir, es siendo mitad
opuesta del resto del Universo y no individualidad opuesta al resto del
Universo.