El problema no es que los demás nos
vean virtuosos, sino el que nosotros vivamos y actuemos buscando la virtuosidad.
Hay casos de Maestros Zen, que nos
señalan cuál es la dirección en la que debemos caminar, obviamente, cada uno en
su camino y a su ritmo.
En el Camino no pueden seguirse los
pasos, caminando en Él, sólo podemos dar la parte del paso que estamos dando,
sólo un paso es permitido en el Camino y ni tan siquiera podemos darlo entero.
Hakuin, vivía en un pueblo, una joven,
casi niña, quedó embarazada, dijo que el padre era Hakuin. Al ir los padres
indignados a decírselo y entregarle al niño, la respuesta fue: ¿Ah, sí?, y cuidó
del niño, hasta que la madre dijo quién era el padre de verdad, al pedirle
disculpas al entregar al niño, su respuesta fue: ¿Ah, sí?
Otro Maestro Zen, fue visitado por una
joven, que le dijo que su ama le había prometido dinero y el poder cuidar de su
madre, si le comprometía y hacía que violase sus votos de castidad. La joven,
durmió en la casa del Maestro y por la mañana se alisó el pelo, asomada a la
ventana del dormitorio.
El Maestro fue expulsado del templo y
del pueblo, por su pecado.
Un joven practicante permaneció,
durante años en una cabaña, recibiendo alojamiento, comida y vestimenta, para
que pudiese practicar. La persona que le mantenía, mandó a una de sus
sirvientas joven y preciosa. Una noche, llamó a la puerta con el kimono
entreabierto y mostrando que iba desnuda. El joven la rechazó enfadado,
recordando que tenía unos votos que pensaba cumplir.
A la mañana siguiente, la posadera le
expulsó y quemó la cabaña, diciendo: Durante años he mantenido un vago e inútil.
A veces la Dignidad, no está en
aparentar ser virtuosos, incluso serlo.
Todos somos ayudados y cuidados por
los demás, a veces lo importante no somos nosotros, sino ayudar a quien
realmente lo necesita.
Dos Maestros fueron fruto de las
murmuraciones y acusaciones falsas, un estudiante, fue expulsado por cumplir
con sus votos. Los tres respondieron a una situación, cada uno como pensó que
era necesario, como en ese momento actuaron, dos eran Maestros uno sólo
estudiante, sin llegar tan siquiera a discípulo.