Un día para saber sobre la
familia a la que pertenecía, decidí hacer nuestro árbol genealógico. Escribí
los nombres, puse fotos, lo amplié con resúmenes de sus vidas, lo adorné con
mis opiniones y comentarios y finalmente me sentí feliz de pertenecer a esta
familia.
Cuando se lo
enseñé a los familiares, quisieron añadir un sin fin de datos, corregir muchas
de mis opiniones y vi la dificultad de ponernos de acuerdo en cómo era la
familia.
Recorriendo
el mundo, en busca del café con mejor sabor, pasaron los años, a lo largo de
los cuales estuve en muchos sitios, en los cuales probé cafés y más cafés. De
vuelta en la ciudad, recorrí las fábricas donde mezclaban diferentes tipos de
café y los probé todos.
Estaba seguro
de una cosa, cada sabor era único y había demasiados para estar seguro de cual
era el mejor, el rey de los sabores de café.
Un día me
perdí en un parque muy grande, deambulé durante días sin encontrar comida, ni
agua y sin ver a nadie. De repente vi una cabaña totalmente destartalada,
perdida como yo, una persona me vio y me invitó a sentarme en una piedra en la
entrada, estaba atardeciendo, trajo unas tazas humeantes, sentados en la
quietud, conocí al rey de los cafés.
Si pudiésemos
beber de la misma taza, con los mismos ingredientes, la misma situación, las
mismas condiciones y a la misma hora, cada vez que bebiésemos, el sabor
seguiría siendo único y diferente para nosotros, nosotros habríamos cambiado.
La vida tiene
tantos sabores, que sería imposible conocerlos todos, lo que nos impide poder
compararlos, para saber, cuál es el mejor para nosotros, incluso, si pudiésemos
permanecer iguales, sin cambiar, a lo largo de nuestra vida, nos sería
imposible.
Los
científicos, los filósofos, los poetas, cada uno pretende saber y quiere
explicar, el sabor de la
Vida. Nos hablan sobre el universo, las relaciones y la
belleza. Pero, ¿quién puede explicarme: a que me huele mi hijo, lo que siento
en la puesta de sol que estoy viendo, a lo que me sabe mi vida?
Dicen que, la
vida sabe bien cuando se tiene dinero, cuando se tiene poder, cuando se ama,
cuando se es feliz. Ninguna de estas cosas dura eternamente, nadie se lleva el
condimento, para nuevas vidas.
Nos perdemos en explicaciones y deseos, en
una búsqueda circular del rey de los sabores. La Vida es, vivir: el olor del
niño, de la flor, del compostaje en el bosque, de césped recién cortado, la luz
del amanecer, de la obscuridad, sobre todo es, Vivir mi vida.
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