Buddha en su
primera enseñanza dijo algo a los asistentes, que a lo largo del tiempo ha sido
traducido de muchas formas, todas ellas parecidas y aparentemente con un mismo
significado. La realidad, al menos para mí, es que hay un mundo entre ellas y
por ello nuestro entendimiento es a veces tan erróneo.
“Vivir, la
existencia, la vida, es o entraña sufrimiento”. Estas son las traducciones más
o menos que yo he leído u oído de lo que el buddha dijo acerca de la experiencia que de la vida
había tenido.
Al
explicarles a los asistentes la razón del sufrimiento que vivían, lo hizo de
manera que ellos pudieran verlo en sus propias vidas. Difícilmente hubiesen
entendido si les hubiera dicho que la vida es: alegría, felicidad, salud,
plenitud, etc. . . . . . . . . ..
Esta
enseñanza, habría sido totalmente contraria, a la que los asistentes estaban
percibiendo en su experiencia de las circunstancias.
Mi primera
experiencia en la nieve fue de un frío intenso, profundo, que me dejó aturdido
y sin poder moverme. Supongo que la suya (la experiencia de la nieve) sería de
un calor inmenso que la deshacía, y la impedía vivir. Ambos, compartimos la
experiencia de nuestro primer encuentro con sensaciones totalmente diferentes,
aún siendo la misma y única experiencia.
Para
experimentar la Vida
realmente, no podemos hacerlo solo con una de las dos mitades, tenemos,
debemos hacerlo con las dos.
Este es el
origen del Yin y del Yang, dos mitades de una misma individualidad, con la
única condición de que estén unidas, nunca separadas. Pensando solamente un
poco, todo el mundo sabe que cualquier cosa, incluso un trozo de algo, tiene
siempre dos mitades.
Cuando las
dos mitades están juntas y ninguna de ellas sabe de la existencia de la otra,
esto es cuando amamos algo o alguien tanto, que no sentimos separación, que
estamos totalmente integrados, somos una misma Vida. Cuando una de las dos
mitades percibe a la otra, lo que realmente vive o experimenta es el contraste
entre ambas. Si estamos calientes es porque la otra mitad tiene menos calor
(frío), si somos felices la otra mitad estará triste. Esto es, el Yin percibe
al Yang o el Yang percibe o experimenta
el Yin.
Cuando en
nuestra vida sentimos la separación con el TODO, con la VIDA , nuestra felicidad y
nuestra buena salud, perciben, viven, sienten o experimentan: el sufrimiento y
la enfermedad.
Por ello el
Buddha al hablarnos de una vida de felicidad, aceptación, integración y
perfecta, hablaba de la misma vida que nosotros estábamos percibiendo desde nuestra idea de separación, de no aceptar las
cosas, de intentar poseer algo que creemos está en nuestra mitad separada, al
no comprender que la vida es una y Única Vida.
Esta
situación nos lleva a un estado de ignorancia en el cual al sentir nuestra
felicidad (Yang), en el roce propio de nuestro vivir diario, con qué puede ser
sino con el sufrimiento (Yin). Esto está causado por prestar más atención o
vivir más inmersos en lo que percibimos que en lo que en realidad somos.
Lo que el
Buddha debió experimentar fue esa unión de la Vida , realizó que todo es Uno y pudo ver que la Vida realmente es como seidad
(Es) y su esencia manifiesta solamente Felicidad. Que es lo que somos, como
manifestación de la vida. En la libertad e ignorancia en la que hemos
convertido nuestra existencia, ¿qué podemos vivir, sentir o experimentar siendo
Felicidad?.
Es obvio que
ningún catarro puede acatarrarse, que al dolor no puede dolerle nada, que la
ignorancia absoluta no puede saber, ni tan siquiera que es ignorante, el frío
no puede enfriarse, podríamos seguir eternamente y tan sólo podríamos ver, lo
que es, como hemos dicho al principio del párrafo, lo obvio.
Somos
personas enfermas, infelices e insatisfechas. De las tres cosas el origen de
nuestro sufrimiento está causado principalmente por la tercera. Su cura más que
la satisfacción es la aceptación.
Solamente una persona enferma puede sentir
la buena salud, solamente quien sufre puede: sentir, vivir, realmente la
felicidad. Pero, solamente una persona que acepta lo que es y como es en este
mismo momento, puede ser Felicidad.
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