Señores
Monago, estoy totalmente de acuerdo en que no se puede obligar a una mujer a
ser o dejar de ser madre.
En primer
lugar porque la Vida tiene en su naturaleza la libertad. Nunca ha habido que
promulgar una sola ley para el funcionamiento del universo. Cada átomo, cada
célula, cada bosque, cada constelación y universo, ocupan su lugar y realizan
su función con absoluta dedicación y responsabilidad.
El
funcionamiento es que cuando hay muchos insectos, aumenta el número de aves,
cuando hay pocos, disminuye.
Todas las formas que hay en la Vida, se alimentan de la cantidad necesaria de vida para mantener la suya, por ello el alimentarse de las plantas, insectos o animales necesarios para sustentar y desarrollar tu vida, está dentro de la libertad natural, una vez alimentado, convives con el resto de la Vida sin más deseos.
Todas las formas que hay en la Vida, se alimentan de la cantidad necesaria de vida para mantener la suya, por ello el alimentarse de las plantas, insectos o animales necesarios para sustentar y desarrollar tu vida, está dentro de la libertad natural, una vez alimentado, convives con el resto de la Vida sin más deseos.
El hombre
cuando ha comido, sigue deseando y cuando no puede producir lo que quiere,
destruye el bosque y hace sitio. Puede cambiar genéticamente para aumentar la
producción, adulterar las cosas o lo que sea necesario para conseguir lo que
quiere, para ello lo único que ha necesitado es “no tener responsabilidad”.
Señor Monago,
es natural que defienda la libertad del aborto, como político es completamente
natural defender la irresponsabilidad de lo que hacemos, viendo la situación
del país y las responsabilidades generadas.
Hoy en día la
mayoría de las personas tienen una educación sexual, algo que muchas mujeres y
hombres no tenían antes, especialmente en los pueblos. He conocido personas con
una edad, que todavía pensaban que todos los niños eran franceses, algo difícil
de encontrar ahora.
El método
tradicional, para no ser obligados a ser padres, era el de sujetar una moneda
de peseta o euro entre las rodillas, hoy en día tenemos preservativos seguros,
DIU, diafragma, vasectomía reversible, píldoras anticonceptivas, el tradicional
del salto atrás.
La libertad de la Vida, del Universo,
no nace de los derechos, tampoco de las obligaciones, nace de la responsabilidad, verdadera fuente de libertad propia y
ajena.
A lo largo de
la historia ha habido muchos que han tratado de mejorar la vida, pero tenemos
un método tristemente reciente: el método hitler.
Básicamente
consistía, en que todos los productos defectuosos según el modelo establecido,
eran destruidos; todos los modelos que no eran los adecuados: judíos, negros,
gitanos, etc. eran destruidos.
Se llamó
Holocausto, donde se destruyeron las vidas por ley y consenso, sin ningún
atisbo de humanidad, propio de alimañas, algo que deberíamos evitar eternamente.
Probablemente
en toda la segunda guerra mundial, no murieron tantas personas, como fetos han
sido asesinados, también por ley y consenso, en aras de una libertad sin
responsabilidad.
Si en algún
momento, en la ecografía, o en la RM. se pudiese ver si el feto será político,
supongo que muchos padres preferirán también abortar; cualquier otro problema
sería preferible a tener la desgracia de tener un hijo en la política actual.
Es verdad que
es un tema con muchas connotaciones, pero ni estar borrachos, ni drogados, ni excusa que
implique irresponsabilidad, debería poder
ser usada para asesinar un feto. La falta de preparación para la paternidad
se cura con anterioridad, usando los métodos adecuados.
No debería ser
una cuestión de libertad, el ser o no ser padres. Ser padres es una cuestión
de: Dignidad, Humanidad, Amor, Libertad, y todo ello con Responsabilidad.
El no tener que destruir el fruto de
nuestra irresponsabilidad, es cuestión de los dos o de los que formen parte del
acto, que origina el tener que destruir algo, con mayor razón si lo que se
origina es una vida. Ser Responsable es evitarlo antes del comienzo, ser
Responsable es el poder vivir y ser Libertad.
Considero que los políticos (y también los bancos) forman parte de lo que, a mi entender, podría denominarse como “mal menor necesario”. No se me alcanza a imaginar cómo podría establecerse una civilización alternativa a la actual sin esa figura del político, o alguna equivalente (en definitiva, una figura de coordinación y representación que canalice y defienda los intereses y aspiraciones de las mayorías). Cosa muy distinta es cómo se ejerza luego esa función, terreno en el que podremos compartir muchas más consideraciones, aunque siempre habrá también lugar para la discrepancia. Maticemos pues, y definámonos en contra de algunas o muchas actuaciones de los políticos y no de la función misma de político. Dicho lo anterior, y admitiendo la necesidad de la función (al menos, bajo mi punto de vista), será necesario convenir en que el tema del aborto es uno de los más espinosos con que se vienen topando las distintas sensibilidades del género humano, pudiéndose resaltar la disparidad de criterios dentro de los propios partidos políticos, en los que, muy probablemente, a la hora de votar sobre esta cuestión, debería otorgarse plena libertad de conciencia en lugar de la disciplina de partidos, siempre que éstos se consideren verdaderamente democráticos y defensores de la libertad.
ResponderEliminarA mi me resulta muy difícil tener un criterio nítido sobre el aborto. En tanto no exista una definición científica del momento en el que un feto se puede considerar una persona, y en qué momento el alma (si es que existe) toma posesión de ese habitáculo celular, mi sensibilidad se inclina a suponer que no es lo mismo un cigoto de días o semanas que un feto de meses, y, si me viera obligado a legislar al respecto, seguramente me inclinaría por una ley de plazos (además de contemplar algunos supuestos elementales, como los que ya se han venido incluyendo en legislaciones anteriores), aun respetando las diferentes sensibilidades existentes, pues, dando por sentado que rara vez una legislación cuenta con unanimidad, habrá que que admitir los planteamientos mayoritarios sobre cualquier materia.
En el asunto de la responsabilidad/irresponsabilidad sobre lo de traer nueva vida al mundo o destruirla previamente, también hay que entrar en la consideración de si es más responsable no extirpar un cigoto que traer un hijo a un mundo de sufrimiento, penalidades y carencias de todo tipo. No quiero ser maximalista, pero ahí queda la cuestión para la reflexión de cada cual.
Por último, aceptando buena parte de las críticas al Sistema que aportas en este capítulo, echo en falta tu “alternativa legal” a lo ya existente, pues debo suponer que no estarás propugnando la obligatoriedad de establecer por ley “cómo y con qué medios debe hacerse o no hacerse el amor”, dado que la cuestión de la responsabilidad personal de los concurrentes es algo que no puede garantizarse en todos los casos (ni tampoco por ley).