“Todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso,
todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su
movimiento hacia la derecha, es la misma que la de su movimiento hacia la
izquierda; el ritmo es la compensación”.
Este principio aclara, amplía y explica algunos aspectos del principio anterior.
Este principio aclara, amplía y explica algunos aspectos del principio anterior.
En general lo que significa y
hace de él un principio de Ley Universal, es que el Yin y el Yang son siempre
equivalentes y tiene que haber un equilibrio entre ambos.
El ejemplo más usado por su
simpleza y claridad es el del péndulo, en cuyo movimiento vemos que oscila a
igual altura en el movimiento hacia un lado que hacia el contrario. Su alternancia
es, que una vez que se ha movido hasta el máximo nivel a un lado, regresa al
lado contrario llegando exactamente hasta la misma amplitud de movimiento.
En los sistemas del universo, hay
siempre una amplitud de separación y acercamiento, tanto en los planetas y sus satélites,
como entre: planetas, estrellas, constelaciones y universos. Esto es lo que se
llama el nivel máximo y mínimo de relación entre el Yin y el Yang.
Ese equilibrio se conserva
siempre en todas las dualidades u opuestos: acción-reacción, bien-mal,
izquierda-derecha, etc. Esta ley es aplicable a los diferentes niveles:
materia, mente, energía, humanos, animales, plantas, alma y espíritu y
universos a partir del Uno. Como en todas las Leyes el único que está excluido
y no está sujeto a ellas es el Todo, Él Es también la Ley y sus aplicaciones.
Las civilizaciones, las
religiones, las culturas, las especies, las naciones, están bajo esta Ley, que
hace que todo tenga un desarrollo, un momento entre ambas polaridades en el que
se mantiene y la decadencia. O el nacimiento y su disolución.
En nosotros uno de los aspectos
que más miramos es el de los estados anímicos, que al igual que el resto de las
manifestaciones: suben y bajan, buenos y malos, de claridad y ofuscación, de
amor y odio. En todos ellos, lo que en general se realiza, es que hay que
aceptar, que la misma capacidad que tenemos para un aspecto, es la que tenemos
para el contrario. Siempre se tiene, la misma capacidad de amar, que de odiar,
por ejemplo.
También se realiza que cuando se
traspasa la capacidad o máximo punto de un aspecto, este se transforma inmediatamente,
podríamos decir que por saturación o desequilibrio, en el opuesto. Por ejemplo
los actos de heroísmo, cuando se tiene exceso de miedo, o miedo incontrolado. O
en los casos de fiebre, en frío.
Si no se realiza este cambio, el
resultado podría ser la desaparición de esta manifestación, por no poder
expresar la vida tanto desequilibrio.
Esta ley nos enseña: los ciclos,
los ritmos y los biorritmos de la vida, que a pesar de nuestra percepción,
siempre son equilibrados con el total de las circunstancias, y al final el bien
y el mal, lo que sube y baja, el nacimiento y desaparición, de las
civilizaciones, las expresiones de vida en cualquier universo, los estados anímicos
y mentales, todos ellos siempre conservan el equilibrio entre las dos
polaridades de su dualidad.
En el movimiento del péndulo, si
cerramos y abrimos los ojos a un ritmo igual a las oscilaciones del péndulo,
parece estar parado. Es uno de los ejemplos de cómo se puede vivir en un solo
aspecto de la vida.
Para ello lo que hay que tener en
cuenta es, que la aceptación del opuesto tiene que ser absoluta, si no, las
consecuencias de negarse a aceptar la Ley, son el sufrimiento o la muerte.
Es el famoso ejemplo Budista de aceptar la Vida y vivir con la mano
abierta, en la que la Vida: trae, mueve y se va, todo lo que podemos usar para
desarrollar lo que somos, a nivel individual y colectivo, sin discriminar,
rechazar, o elegir, ni tan siquiera de pensamiento, es la única manera de eludir
la parte más negativa de la vida y elevarnos hasta realizar nuestra disolución en
el Todo.
Esto es simplemente una explicación del mundo dual, la Realidad es que
solamente Hay Todo.
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