No pretendo molestaros

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Yui Shin

sábado, 15 de noviembre de 2014

LA BUENA POLÍTICA-3


         Este es el cuarto artículo, comparando las reglas de convivencia y las políticas con las que se rige la sociedad, con la simpleza de los "Diez Mandamientos", presentes en muchas filosofías y religiones, con unas mínimas diferencias.


         El concepto que tenemos acerca del sexto mandamiento, es el de que se relaciona con las cosas y temas sexuales, algo que para mí es nada más que una simplificación.
          El sexto y los siguientes Mandamientos nos hablan de, “actos que se realizan de obra o pensamiento, que van en contra de nuestra dignidad, de la ajena y lo que es más importante, contra la dignidad de nuestras vidas, la vida que nosotros creamos, pretendiendo quitarle la dignidad a la Vida, nuestra naturaleza verdadera; intentamos lo imposible”.
          Hace unas semanas unos estudiantes encontraron un sobre con dinero, sus recursos eran escasos y devolvieron el dinero. Hemos leído de bastantes personas que han devuelto grandes cantidades de dinero encontradas, estando a veces en el paro.
Hay otros que sacan a personas que han caído al mar, andenes de tren o metro, y en general ayudan y empatizan con ¿los demás?.
          El concepto acerca de la pureza de la Vida en aquellas religiones que han desaparecido para el culto, anteriores de las que hay en nuestros días, hacía que la Madre de Dios siempre haya sido Virgen. En nuestros días, los estudiosos de las religiones, dilucidan acerca de la madre de dios y su virginidad, desde el concepto de vida que origina nuestra convivencia actual.
          La Vida como concepto de algo absoluto, es algo que lleva a conclusiones totalmente diferentes a cuando lo que se maneja es, el concepto de vida en una dualidad infinita, lo que llamamos multiplicidad.
En el sutra del corazón de la filosofía budista unos pasajes dicen: Así pues, Shariputra, todos los fenómenos se realizan en el Vacío, carecen de características diferenciadoras, ni son producidos ni cesan, ni son impuros ni inmaculados, ni aumentan ni disminuyen.
Por lo tanto, Shariputra, en el Vacío, la Nada, no hay forma, ni sensación, ni cognición, ni volición, ni conciencia. No hay ojo, ni oído, ni nariz, ni lengua, ni cuerpo, ni mente. No hay forma visible, ni sonido, ni olor, ni gusto, ni tacto, ni objetos de la mente. No hay elementos visuales y podríamos seguir hasta llegar a la no consciencia mental. No hay ignorancia ni extinción de la ignorancia, pudiendo seguir hasta llegar a que no hay envejecimiento ni muerte, ni extinción del envejecimiento ni de la muerte.
En el sutra del diamante se lee: "¿Un Venerable que no volverá a renacer como mortal se dirá a sí mismo, ’soy merecedor de los honores y recompensas de uno-que-no-va-a-volver.’?"
"No, Honorado-por-todo-el-mundo. ’Uno-que-no-va-a-volver’ es tan solo un nombre. No hay retorno ni no retorno." 
¡Quiero seguir el Camino del Bodhisattva porque quiero salvar a todos los seres; ….. hago el voto de conducir a cada uno de los seres al Nirvana; y hasta que no estén todos allí seguros, no recogeré mi recompensa y entraré en el Nirvana.!’ entonces, Subbhuti, debes recordar como uno-que-ha-tomado-los-votos, que incluso si tal incontable número de seres fueran liberados, en realidad ningún ser habría sido liberado. Un Bodhisattva no se aferra a la ilusión de una individualidad separada, una entidad egótica o una identificación personal. En realidad no hay "yo" que libere, ni "ellos" que sean liberados.

          Hay empresarios que teniendo beneficios no pagan salarios acordes, aprovechándose de las circunstancias.
          Trabajadores que no realizan su responsabilidad y piden lo que no ganan.
          Políticos que suben los impuestos, mientras los contribuyentes dan donaciones para ayudar al necesitado, pagan precios excesivos por sus necesidades y sus vidas dependen de las ayudas de familia, amigos y organizaciones benéficas.
          Ciudadanos que se dedican a empeorar las circunstancias para sacar beneficio.
          Noticias a diario de apropiaciones indebidas, estrupo, negociaciones con seres humanos, guerras por todo tipo de causas innobles, egoísmo, drogadicciones, abuso de las empresas que manejan sectores vitales públicos, juicios de políticos, sindicalistas y altos cargos del sector público.
          Ocupas de pisos de otros pobres, inquilinos que no pagan y destrozan las viviendas, ladrones de pobres y gente mayor, y un sinfín de abusos entre los ciudadanos de a pie sin necesitar a los denostados ricos.
          Todas ellas acciones que van contra las reglas simples de convivencia, puesto que no las cumplen. Van contra la pureza de la Vida, se apropian de lo que no les pertenece, usan la mentira y levantan críticas, acerca de los otros que hacen lo mismo que ellos, preparan y planean cómo y cuando apoderarse de lo que no es de ellos.
          Dependiendo de quién es juzgado, las leyes son usadas y aplicadas de forma diferente, no teniendo en cuenta muchas veces la Justicia buscada en las reglas simples para la convivencia.
          Una convivencia que nos dice, que estamos en una vida dual, con montones de leyes que complican su entendimiento y nos han traído a una vida en la que se han olvidado la simpleza de las antiguas reglas de convivencia.
          Una vida en la que lo natural es ir contra las cinco reglas que encabezan el texto, para mí difícilmente se infringe una de ellas sin hacerlo con todas las demás.
          Estas simples reglas son las que deberían de llevarnos a una vida de honestidad, honradez, compromiso, felicidad, hermandad y crecimiento, tanto en nuestra convivencia, como a nivel individual y espiritual.
          Hemos olvidado estas reglas antiguas y nos hemos modernizado, tenemos muchas reglas y leyes, pero nos hemos convertido en personas que no valoran lo verdaderamente necesario para la convivencia: honestidad, honradez, compromiso, empatía y responsabilidad. Como decía al principio, todavía hay personas que son casi humanas y conservan su honradez.
Publicado anteriormente el 6-1-14

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