Nuestra percepción
de la vida espiritual es: “Que es
imposible vivir en esa perfección que nos dicen los Maestros”.
Nos parece imposible alcanzar esa
tranquilidad, equilibrio, armonía, aceptación y felicidad, que nos cuentan, que
algunos dicen que podemos conseguirlo aquí y ahora, otros cuando por la Gracia
de Dios, vivamos en el Cielo, o nos dicen que seremos salvados y llevados a un
lugar, donde estaremos inmersos en la felicidad, con todos nuestros deseos
cumplidos.
Lo que hay en
común en todos los métodos, tanto si ese estado lo conseguimos en un lugar y
tiempo o en otro, no son los métodos, ni lo que conseguiremos en esa vida, lo
que tienen en común es que el requisito indispensable es el Amor. No viviremos
en un mundo, en una vida, en la que sentiremos amor, sino en una Vida, en un
Mundo de Amor.
En budismo,
nos dicen que nunca dejamos de ser Buda. Esto nos parece extraño porque nuestra
asociación de ideas, nos lleva a esa vida idílica de nuestros sueños. Acostumbrados
a percibir a Dios como una entidad poderosa: omnipresente, omnipotente y omnisciente,
que nos da, premia, castiga y es el dador de vida, nos es casi imposible
imaginar que independientemente de qué y cómo seamos, “Somos Buda en este preciso instante”, que no importa nuestra
condición o las condiciones del Universo, para ser Eternamente Buda.
Cuando nos
dan un montón de piezas y el plano de un coche, tenemos la seguridad de que no
nos falta nada, nos sentimos capaces de siguiendo el plano colocar cada pieza
en su sitio, tenemos la determinación de hacerlo y lo hacemos. No importa
cuanto tardemos en montarlo, siempre hemos tenido el coche con nosotros, pero
solamente viviremos con coche y la posibilidad de usarlo, cuando esté
totalmente terminado y con los aceites y carburantes necesarios.
Shakyamuni
nos dio los planos de un tipo de vida, que Él había probado, tenemos todas las
piezas para construirla, porque tenemos exactamente las mismas piezas, todas incluidas
en el pack de: “Naturaleza de Buda”,
el trabajo es individual y posible. La vida que hay que construir, no es
diferente a la que hay en el Universo, porque lo importante para conseguirla es
retirar todo lo que hemos metido nosotros en el “pack”, al final no nos sobrará
nada, ni tan siquiera lo que hemos añadido, pero es importante que la vida que
construyamos, se acerque al ideal, a la del plano de la Vida Universal, porque
ese es el modelo original que nosotros hemos tuneado.
Decimos que
querer es poder, pero no lo es si no estás dispuesto a esforzarte, si careces
de la determinación, de no cejar en el empeño hasta terminar de devolverle al
modelo tuneado, su estado original, el de nuestros sueños. Hemos aprendido lo
suficiente tuneándolo, para que el devolverlo a su origen lo haga incluso
mejorado, sin cambios aparentes, simplemente llevaremos la Consciencia de Ser
Vida Original.
Nos sentimos
capaces de montar el coche, lucharíamos y nos dejaríamos la vida por un coche deportivo,
si nos dieran los planos y las piezas. Incluso si no sabemos de mecánica, ni
electricidad, buscaríamos la forma y lo conseguiríamos.
Hay muchos más
planos para conseguir la Vida que soñamos que para el coche. El coche tendría
que estar cada pieza en su sitio, en la Vida si tenemos una pieza Ella la
colocará en su sitio. El coche hay un modelo resultante, la Vida sus modelos
son Infinitos, por lo que difícilmente cometeríamos un error de montaje, si la
pieza es correcta.
Las
instrucciones rápidas son las del Camino Óctuple: “Recto Entendimiento, Recto
Pensamiento, Recto Lenguaje, Recta Acción, Recta Vida, Recto
Esfuerzo, Recta Atención Completa y Recta Concentración”. En otra traducción
es parecido, además no es tan importante la acción como el espíritu con el que
es realizada: “Discernimiento correcto,
Actitud correcta, Lenguaje correcto, Acción correcta, Concentración correcta,
Atención correcta, Esfuerzo correcto y Forma de vida correcta.
Para conseguir esa vida que llamamos
espiritual y que es simplemente Vida, para conseguir ser felices, existir en
una sociedad como la que deseamos, no es una cuestión de fácil o difícil, es más
bien el que realmente tengamos el deseo y la determinación de hacerlo. Tenemos
todas las directrices, la oportunidad, los planos para saber qué es lo que
hemos añadido, para que la manifestación que tenemos en la Vida, se haya alejado
tanto del proyecto original. Al igual que con un coche, o cualquier creación
que hagamos o deseemos hacer, siempre dependerá de: tener la seguridad de que
no nos falta nada, sentirnos capaces de que siguiendo el plano colocaremos cada
pieza en su sitio, la determinación de hacerlo y hacerlo.
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