Es en nuestro
día a día, en la forma de expresarnos, en lo simple, donde vemos el camino que
estamos recorriendo, los lugares y circunstancias que hemos guardado en nuestra
memoria. No es en las grandes frases, en las filosofías, en las religiones o en
lo que pomposamente hacemos ostentación, lo que determina nuestro sentir,
nuestro pensar, la forma en la que finalmente expresaremos y manifestaremos la
Vida que somos.
Conquistamos
el Amor, conseguimos las metas, nos enfrentamos a los peligros y los
obstáculos, peleamos por: las cosas, los deseos, lo justo, el poder, la
justicia, nuestros ideales, por pelear lo hacemos en una guerra eterna hasta
para conseguir la paz.
He leído y
escuchado esta forma de expresar nuestro día a día, durante todos los días de
mi vida, pero cuando he leído detenidamente a los Maestros, nunca veo esas
connotaciones de pelea, leo las palabras, sí, reconozco que están escritas, que
dicen: luchar, conquistar, lograr, alcanzar, …, pero he leído también el
contexto en el que se bañan estas palabras, y he intentado mirando en el
bosque, conocer la intimidad de ellas en su soledad.
No hablan
nunca: de una guerra contra la Vida, o entre la materia y el espíritu, entre el
ego y la unidad, entre dualidad y Ser.
Principalmente
nos dicen que lo único que existe es el Vacío, el Espíritu, el Todo, que nuestra
materia es parte de ese Espíritu, que nuestro ego no llega a ser realmente
nuestro, porque existirá mientras lo estemos alimentando, mientras lo estemos
creando, mientras tengamos la más ligera percepción de ser, incluso si no
llegamos a ver la separación, si no percibimos nada más que al Uno, que es aparentemente
una no-percepción, pero que hace que nazca el principio del ego.
Buda independientemente
de las frases, de las explicaciones para nuestro entendimiento, dejó claro que:
“Desde antes del principio y hasta después
del final, Todo Es Buda, Todo es Vacío”. Por ello para entender de qué nos
habla, hay que ponerse este concepto en los pies, porque son sus zapatos, el
lugar desde donde nos habla El Silencio de Buda.
Lao Tse nos
dice que: “Hay que ser uno con el Tao,
que nunca hay dos”.
Hermes dijo
que: “Así es arriba como abajo”,
pero preguntado por Dios, por el Absoluto, guardó silencio, sellando
fuertemente los labios. No hay forma de expresar a Dios, de definirle, de
poderle aprehender conceptualmente.
No, esto no
quiere decir que debamos callarnos, no buscar, no esforzarnos, saber de nuestra
percepción dual, es lo que nos tiene que llevar a esa unión, a llegar a ellos. Pero
tampoco podemos ignorar que: ya somos, estamos y es del todo innecesario tener
que conseguirlo. Pero, ¿quién siendo muy espiritual deja de comer, alimentando
así a la parte material del espíritu?
A veces ser
conscientes, significa eso, saber que es innecesario: luchar, conquistar,
lograr, alcanzar, o combatir con lo demás para conseguir algo, pero no dejar de
hacerlo, incluso con más ahínco aún si cabe, hasta agotar nuestro ego, nuestra
prepotencia, nuestra ignorancia. Solamente cuando la seguridad de estar de
regreso en casa, de haber trascendido la dualidad, de ser Uno hasta reducirlo solamente
a Ser, podremos recobrar nuestra condición de Vacío de forma consciente, no por
tener consciencia de algo, sino siendo Consciencia de Vacío.
"La máxima victoria es la que se gana sobre uno
mismo" Buda
Para nosotros
lo más inmediato es, “Máxima, victoria”, pero debemos de ser conscientes, de
que no hay máximo o mínimo, victoria o derrota, uno mismo u otros, fuera de la dualidad,
en Buda, en su Naturaleza, en nuestra condición de Buda.
Nada que
ganar, nada que perder, y aún así dando en cada instante lo mejor de nuestro
Ser, simplemente para manifestarlo, pero
“siendo” hasta el punto de no percepción.
Nuestra
percepción de que estamos en una lucha eterna, para ser, conseguir, destruir, establecer
nuestras metas, nuestros conceptos, nuestras ideas, siempre nos mantendrá en la
dualidad, lo que imposibilita el vivir en la felicidad, lo que nos impide la
satisfacción correcta, no la del ego o de la ambición, que es la única que se
consigue con la idea no ya de pelear, sino de que hay algo con lo que hacerlo.
Nuestras metas están limitadas por mirar
las palabras de los Maestros desde nuestra mente, sin tener en cuenta que ellos
nos están hablando desde otra perspectiva, que también nos han explicado: “Nuestra
existencia, no es la dualidad, solamente lo es porque nosotros percibimos la existencia solamente por medio de ella”. Por ello en budismo la Gran Meta, es llegar “Aquí
y Ahora”, de donde nunca podremos salir, y sin embargo tenemos que estar
llegando eternamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario