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Se lo mira y no se lo ve,
está más allá de la forma.
Se lo escucha y no se lo
oye, está más allá del sonido.
Se lo toca y no se lo
siente, es intangible.
Los tres son
indefinibles. Por lo tanto, se confunden en el uno.
Por encima no es
brillante. Por debajo no es oscuro.
Un hilo continuo
innominable que retorna a la nada.
La forma
que no tiene forma, la imagen de lo inefable.
Imperceptible, más allá
de la imaginación.
Ponte al frente de ello y
no hay principio, síguelo y no hay final.
Permaneciendo con el
antiguo Tao, muévete en la realidad presente.
Conocer el
antiguo principio es la esencia del Tao.
“El Tao es
una vasija vacía, y por eso su uso es inagotable. Insondable.”
El Tao, una
palabra tan simple y es como cuando quitamos los muros de una casa, el cristal
de la botella, el tronco del árbol o nuestro cuerpo, queda lo que es el
verdadero ser de las cosas, el lugar que les ha permitido manifestarse, su
parte útil, su eternidad, su Vacío.
Son los
muros, los cuerpos, las formas sólidas, lo que hace diferente la apariencia de
la Vida cuando se manifiesta. Pero lo verdaderamente útil de una casa, de una
cueva, de un palacio, es su interior, el espacio vacío donde colocamos nuestras
creaciones, donde podemos manifestar lo que somos, al ocuparlo con nuevas
formas.
Los cuerpos
son diferentes, la apariencia es multiforme y con multitud de calificativos,
pero lo que hace posible que nos manifestemos, es nuestra Nada, nuestro Vacío,
que acoge la apariencia de la materia, en ella todo es diferente y cambiante en
la esencia, en lo que ocupa eternamente el lugar de la impermanente materia, es
la esencia, la realidad que permite la forma: “El Vacío, la Nada”.
Toda nuestra
frustración proviene de que, lo que vemos, percibimos y aceptamos como realidad,
es la forma. De ahí nacen todas las diferencias, los materiales de las que están
hechas, sus apariencias, el valor que le damos, su salud, la vista, el tacto, …..,.
Podemos llegar al infinito de las comparaciones hasta llegar al paroxismo de la
indecisión para elegir o para quedar satisfechos.
Por eso es en
el interior donde está lo verdadero, lo valioso, lo inmutable, lo permanente:
No hay diferenciación entre el Vacío de una botella barata o cara, de una casa,
palacio o cueva, de una buena o mala persona, de una agraciada u horrenda, alta
o baja, rica o pobre, porque además lo interior se funde con lo exterior sin
que pueda distinguirse uno de otro. Por eso al fijarnos en la forma, perdemos
de vista lo que vive eternamente en Todo, donde vive Todo, el Vacío.
Todos los
Maestros que han intentado explicarnos la Naturaleza, la Esencia, la Realidad
de la Vida, de Dios o el Todo, coinciden en definirlo como: “Sin Forma, Infinita,
Eterna, Absoluta, Indiferenciada, Vacía, Nada”. Podríamos seguir pero lo que
verdaderamente hace que Todo sea Uno, lo Iguala, permite que exista como
Absoluto e Infinito, independientemente de tamaño, naturaleza y forma es el que
Todo existe en el Vacío, Indiferenciado y aceptador de Todo.
Hoy publica
Lucía un vídeo de Chopra titulado: “Realidad Física, Conocer a Dios”. En el cual
habla de la realidad de la materia que se estudia en la física actual. Toda la
forma, es una vibración de los electrones de los átomos, que se realiza en el
Vacío, que realmente es más del 90% de esta forma. Lo curioso es que las
vibraciones aparecen y desaparecen, por lo que realmente cualquier forma,
incluidos nosotros estamos apareciendo y desapareciendo en un Vacío, cada
ciertos nanosegundos, lo que nos confiere una impermanencia absoluta, si bien
por alguna razón hay como una especie de continuidad en un espacio-tiempo,
podemos imaginar su duración en una Eternidad, podríamos decir que es menos que
los nanosegundos de nuestros relojes.
Según la
ciencia, en la matemática cuántica, no existe el movimiento, el color o la forma,
en nuestra realidad sería parecido a lo que vemos en una pantalla de televisión
o de cine, hay unas partículas que se iluminan y apagan y que van cambiando,
haciendo que la forma cambie, que nos parezca que hay movimiento y cambien los
colores, pero la pantalla realmente no se ha movido o cambiado.
En unos de mis escritos escribía
acerca de las diferencias entre los cálculos y teorías científicas y las de las
personas iluminadas o que han percibido esta realidad directamente y cuyas
explicaciones comparamos. Mientras que las de la ciencia, las aceptamos aún sin
entenderlas, la de los que nos dicen prácticamente lo mismo en parábolas o
historias, no las aceptamos ni intentamos entenderlas.
Básicamente la diferencia es que unos
lo basan en cálculos de medidas imperceptibles, lo que a lo máximo que se puede
llegar es a que hay un Infinito muy grande, o una eternidad muy duradera. Mientras
los Maestros miran la Vida desde la Nada o el Vacío, y una Eternidad por tanto
Infinita, al ser Todo Nada, cualquier manifestación por pequeña que sea es
Infinita en Naturaleza. Al existir Todo en un Ahora, y no poder existir el
tiempo, toda manifestación por efímera que sea, existe en la Eternidad Absoluta.
Esto al menos es lo que yo entiendo de Buda o en el Tao.
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