No pretendo molestaros

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Yui Shin

martes, 21 de julio de 2015

BUSCANDO A BUDA


          Al poco de llegar a India, en Dharamsala pasé bastantes horas leyendo libros acerca del budismo, en la Biblioteca Tibetana, donde estuve alojado por varias semanas. Me pareció interesante lo que leí, a pesar de que lo hice con un diccionario para intentar comprender las palabras, ya que casi todos los libros eran en inglés y muchas de las palabras y conceptos no me eran familiares.
          Pero fue en Ajanta y Ellora, en sus cuevas, donde verdaderamente fue el comienzo de mi interés un poco más profundo. Aquellas estatuas en la penumbra, el silencio, la paz, la mirada desde el alma de unos ojos de piedra, la frescura que encontraba tras horas de caminar al sol de India, las vistas que tantos miraron desde lo alto buscando la Verdad, buscando a Buda.
          En Ceilán aprendí un poco más en las horas de recuperación de la salud, que venía con retraso desde India. Unos días con unos monjes en las montañas, meditando o algo parecido, ellos estaban ocupados y me dejaron un libro de meditación. Precioso amanecer desde la cueva donde había pasado la noche.
          Tras años de leer algunos libros, para entender a Buda y sus enseñanzas, llegué a Japón y a mi Maestro. Muchas preguntas en un casi inglés y respuestas en japonés, pasado un año o dos, con traducciones que me explicaban sus explicaciones. Pero casi nunca pudieron aclarármelas mejor, que unas pocas palabras en un inglés de cien palabras del Maestro y una indicación, un movimiento, un gesto, acompañándolas.
          Pasaron los años en Japón, en España de nuevo, y ahora puedo agradecerle, que nunca se esforzara en explicarme o contestarme las preguntas, que no me enseñara cómo era el Buda que Él conocía, que no me explicara cómo era mi Buda. Me quito cuantos conceptos pudo, me rebatió todo lo que encontré, me enseñó mi gran conocimiento de muchas cosas y el espacio que ocupaba en mi mente, me dejó ver con una claridad diáfana que no me quedaba espacio, que todo lo que era estaba lleno de mí y mis conceptos.
          Un día salí de España, ¿buscando algo?, pienso que no. Salí de España porque era donde estaba, para llegar allí, donde quería, para llegar a todos esos países, todos esos lugares tan lejanos, es por lo que salí de aquí.
          Vi, busqué, encontré y conocí, lugares, costumbres, personas. Casi nunca entendía lo que se hablaba a mi alrededor, finalmente cuando encuentro un Maestro, resulta que por ser japonés no hablaba español, algo que nunca me había pasado en España, donde casi todos los españoles lo hablan.

          Al final no pude encontrar a Buda, siguiendo donde señalaba el dedo de mi Maestro, al llegar recibí la gran decepción de que solamente estaba yo. No se que más decir, bueno, finalmente al volver a España, pienso que Buda me encontró, así que podéis imaginar que todavía me decepcioné más. Tanto viaje, para que en cuanto llegaba a un sitio, había simplemente llegado a otro aquí, por más que me moví del aquí en que me encontraba para llegar allí, nunca lo he conseguido, siempre, siempre, he llegado a un nuevo Aquí, a pesar de todos los años que han pasado, sigo viviendo ahora, menos mal que si bien no he encontrado a Buda, al menos he encontrado a Yui shin.


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