No pretendo molestaros

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Yui Shin

martes, 15 de septiembre de 2015

¿ESTA O LA OTRA ORILLA?


          Hace meses que tenía este koan del Mumonkan para escribir acerca de él:
Caso 34. Aprender no es el camino.
Nansen dijo: “La mente no es Buda. La razón no es el camino.”
          De alguna manera lo tenía olvidado hasta que lo encontré de nuevo el otro día, en el que estuve leyendo los “Sermones de Bodhidharma, del Despertar y el de “Breakthrough” en ingles, traducido por el de la Penetración”, que a mi parecer es correcta, pero un poco inadecuada, otra es: “De la Contemplación de la Mente” pero he preferido llamarle por “El Sermón de Cómo Cruzar a la Otra Orilla”.
        En el principio un alumno pregunta:
Si alguien está determinado a alcanzar la iluminación, ¿cuál es el mejor método que puede practicarse?
Bodhidharma: El método más esencial, que incluye todos los otros métodos, es la contemplación de la mente.
Alumno: Pero, ¿cómo puede un método incluir todos los otros?
          La explicación es simple en el Sermón:
“La mente es la raíz desde la cual todas las cosas crecen. Si puedes entender la mente, todo lo demás está incluido. Es como la raíz de un árbol. Todas las flores y frutos de un árbol, las ramas y las hojas, dependen de su raíz. Si alimentas esa raíz, el árbol se multiplica. Si cortas su raíz, muere. Aquellos que comprenden la naturaleza de la mente alcanzan la iluminación con un esfuerzo mínimo. Aquellos que no la comprenden practican en vano. Todo lo bueno y lo malo proviene de tu propia mente. Encontrar algo más allá de la mente es imposible”.
De nuevo el alumno pregunta: ¿Pero como puede llamarse comprensión el contemplar la mente?
Cuando un gran bodhisattva profundiza completa y laboriosamente en la sabiduría perfecta, comprueba que los cuatro elementos y las cinco sombras son carentes de un ego individual. Y acepta que la actividad de su mente tiene dos aspectos: puro e impuro. Por la misma naturaleza de la mente, ambos estados están siempre presentes. Se alternan como causa o efecto dependiendo de las condiciones, la mente pura deleitándose en las buenas acciones y la mente impura pensando en el mal. Aquellos que no son afectados por la impureza, son sabios. Ellos trascienden el sufrimiento y experimentan la bienaventuranza del nirvana. Todos los demás, atrapados en la mente impura y enredados en su propio karma, son mortales. Van a la deriva a través de los tres reinos sufriendo aflicciones incontables, y todo porque su mente impura oscurece su ser verdadero.
          El tercer punto que ha confluido en este comenzar a escribir, sin saber todavía hacia donde o qué es lo que será escrito, ha sido la página de Juan Antonio, en la que publica un post que me ha parecido interesante acerca de: “Por qué no estoy Iluminado todavía de Rupert Spira”.
          Los tres nos enfocan el concepto de Iluminación, que como el propio Buda dice y los Maestros nos cuentan, es el estado Natural de toda la Creación. Buda nos previene de nuestro gran enemigo en innumerables frases, en los Sutras, los Maestros en sus historias y koans, pero es el amigo inseparable, e que nos dice lo que somos, nos muestra la vida, la analiza y nos da la personalidad que somos: “Nuestra Mente”, con mayúscula para nosotros, pues es la que determina lo que somos, nuestra realidad, nuestra inmersión en la dualidad. La Mente Universal, está bien pero no nos sirve de nada para andar por casa, la Mente de: Dios, Buda, Absoluta, del Ser, quedan bien en las filosofadas, pero lo que es para el día a día, pues no nos ayuda mucho.
          Decía Nansen que: “La mente ordinaria es el Camino, que la Gran Mente es la mente de cada día”, esa mente que no puede salir de la dualidad, que nos impide ver y saber lo que las cosas son, porque damos por cierto que lo que hay, lo que existe, lo que es todo, es lo que la mente ordinaria nos dice, no podemos creer que las cosas sean algo más que lo que vemos, observamos y hemos aprendido.
          La propia ciencia desmonta a diario sus explicaciones de lo que somos, de lo que es el Universo y todavía no ha dado una explicación de lo que es la Vida, no la que vive, sino la que hace vivir. Pero es el problema de la mente, que analiza, compara, y desde la información que introducimos y de nuestra capacidad de aprovecharla, nos da un resultado que nos dice lo que tenemos que ver, pensar y creer, que es algo. Es un método simple, que nos ha servido para andar por la Tierra, incluso volar en el cielo terrestre y de la Luna, pero que no nos aclara lo que hay aparte de lo que vemos, la relación e interdependencia de todo lo que nos rodea, qué somos en este Universo, qué somos como vida, y sobre todo, “Qué es la Vida que manifestamos”.
Nansen dijo: “La mente no es Buda. La razón no es el camino.”
          Pero lo que no dijo es que la mente fuera algo diferente a Buda, las ruedas de un coche, no son el coche, pero: “Qué sería un coche sin ruedas”. ¿Qué sería Buda sin la mente que le busca, la mente que le percibe, la que puede buscarle, hasta que al ir a encontrarle, solamente puede Ser Buda, sin encontrarle?
          Espero continuar mañana, o en otro ahora, pues es suficiente por hoy para lo inexplicable.


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