Quizás la
diferencia que debemos observar, al leer las frases de los filósofos y las de
los Maestros, es que mientras unas se expresan a menudo desde la experiencia y
el conocimiento, las otras vienen de experiencias personales. Cuando alguien ve
que los niños se ahogan en el agua, reacciona alejando al grupo del peligro del
agua. Finalmente la gente no muere ahogada, pero mueren de sed.
El vivir en
la Gran Duda, nos ayuda a la interrogación constante, que nos permite
reaccionar a las circunstancias y momento actual. Cuando Buda nos habla de la
Gran Duda, no es para que vivamos en la incertidumbre, la desconfianza o la
falta de autoestima, sino para que experimentásemos nuestra propia realidad y
fuésemos capaces de vivir aceptando nuestra responsabilidad individual.
“La mente no es Buda. La
razón no es el camino”. Razonar no puede
llevarnos a saber lo que somos, menos aún a la Aceptación de serlo. Es algo que
no podemos evitar ser, independientemente de lo que deseemos, pensemos,
percibamos o analicemos, seguiremos siendo exactamente lo que somos.
Es algo que la mente no puede percibir,
independientemente de su nivel, o tipo de mente que sea, solamente puede
percibir el mundo dual, solamente puede analizar y comparar, los datos que
recibe de acuerdo al programa o experiencias almacenadas o vividas, tanto
individual como grupalmente.
Cuando leemos en los Sutras o frases de Buda
acerca de la mente, encontramos que es nuestro enemigo, el obstáculo que nos
impide alcanzar la Iluminación, entendiendo que es algo que debemos alcanzar,
que está lejos de nosotros y que solamente algunos privilegiados consiguen. Por
lo que nos dedicamos a meditar, intentando callarla, extinguirla, desecharla
como algo pernicioso o nocivo para nuestra realidad soñada de la Iluminación.
“Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado; está
fundado en nuestros pensamientos y está hecho de nuestros pensamientos y
nuestros actuales pensamientos forjan nuestra vida futura”. Buda.
“Tu peor enemigo no te puede dañar tanto como tus propios
pensamientos. Ni tu padre, ni tu madre, ni tu amigo más querido, te pueden
ayudar tanto como tu propia mente disciplinada.” Dhammapada 3:10-11
“El mundo exterior es únicamente una manifestación de la mente en
si misma. La mente lo capta como un mundo exterior simplemente por su costumbre
de seleccionar y de razonar falsamente. El discípulo debe hacerse el hábito de
observar la verdadera esencia de las cosas”. Buda.
“Si
alguien está determinado a alcanzar la iluminación, ¿cuál es el mejor método que puede practicarse?
Bodhidharma: El método
más esencial, que incluye todos los otros métodos, es la contemplación
de la mente.
Alumno: Pero,
¿cómo puede un método incluir todos los otros?
Lo que somos
es algo que no puede ser percibido, pues la percepción depende del método, de
la información, del punto, del tiempo y cómo es percibido, siendo
posteriormente traducido a un lenguaje entendible por nuestra mente, que además
es el receptor de la percepción de otros órganos. Esto determinará una explicación
de lo observado, pero nunca una explicación de lo que es algo que está en
continúo cambio, en eterna impermanencia.
La mayor
parte de la información que recibimos es computada por la mente, por lo que
cuando la contemplamos, vamos comprendiendo su forma de funcionamiento y
percepción. Esto nos puede ayudar en un principio a entender mejor su
información, al conocer sus limitaciones, pero en la dualidad es el medio que
tenemos para percibir la realidad dual, por medio de la comparación y el
análisis. Contemplándola hasta encontrar su Naturaleza, la misma que la del
resto de la Creación: “La Naturaleza de Buda”, podemos entrar en la percepción
de la realidad, que es la “Aceptación de que Todo es sencillamente lo que Es”.
Buda nos
enseña que no hay nada que excluir, que Todo es Naturaleza de Buda, siendo la única
Naturaleza de la Realidad, que es la Seidad. Nos dice que la dualidad no está
excluida de la Realidad, pero que en ella el no seguir el Camino Correcto, es el
que nos hace percibir la dualidad como separación y la Iluminación como algo
separado del hombre o de la dualidad.
La iluminación
no pone las cosas donde están, lo que sí hace es que las veamos nítidamente. La
Iluminación no cambia nuestras vidas, pero si hace que las veamos en su
realidad. No es algo que tengamos que alcanzar, simplemente bastaría con abrir
los ojos, pues la Vida ya es Luz en sí misma, nosotros somos cuerpos, mentes,
materia, y demás infinitud que simplemente manifiestan la Vida, un coche y un
clavo, aparentemente son diferentes, pero no dejan de ser hierro por ello.
Solamente cuando
la dualidad no signifique separación, cuando la ignorancia cobije la sabiduría,
la mente perciba la dualidad y nosotros no entendamos y queramos que sea la
Realidad Absoluta, sino simplemente la percepción de la dualidad, de la
Impermanencia, habremos comenzado a abrir los ojos para ver la Luz que nunca
dejó de brillar, nada habrá cambiado, siendo todo diferente.
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