Dice Bodhidharma en sus
enseñanzas que:
El Camino
se pierde al aferrarse a las apariencias de las cosas. La erudición es inútil y
enturbia la conciencia. Las doctrinas sólo sirven para señalar la mente. Una
vez se percibe la Mente, ¿para qué las doctrinas?
No hay
ventaja alguna en el autoengaño. Una vez que los mortales aceptan su Verdadera
naturaleza, cesan todos los apegos. La conciencia deja de esconderse. Pues sólo
puede encontrarse en el ahora. Solamente en el ahora. Si realmente quieres
encontrar el Camino, no te aferres a nada.
Una vez que
dejas de aferrarte y dejas que las cosas sean, serás libre, incluso del
nacimiento y la muerte. Lo transformarás todo, y estarás en paz, estés donde
estés. La esencia del Camino es el desapego. Y el objetivo de los que practican
es liberarse de las apariencias. Se dice en los Sutras: “el desapego es Iluminación, cuando conociendo las apariencias se vive
en la aceptación”. La budeidad significa Ser Consciencia de lo que Es.
Es probable
que el concepto de Camino en Zen, fuese afectado profundamente por el Taoísmo,
acercandose y enriqueciéndose con el concepto de Tao. En la unión del Camino
Medio y el Camino del Tao, Bodhidharma nos habla del Camino.
Cuando solamente vemos o
aceptamos como realidad lo que percibimos por medio de nuestros sentidos o
conocimientos, cuando lo que creemos realidad es las explicaciones o lo que nos
han enseñado, estamos aferrándonos a lo que nuestra mente percibe, a través de
los sentidos o los medios de observación que hemos desarrollado.
Lo que las
enseñanzas o doctrinas señalan es la percepción de la mente o mental de las
cosas. Cuando la Mente es percibida, no es necesario el conocimiento de las
cosas, pues estas son aceptadas por lo que son, pues sabemos que mientras la
mente es limitada, la Mente es la transcendencia de la percepción propia, para
ser lo que manifiesta la Mente: “Consciencia de Ser”.
Cuando damos
por real solamente lo que percibimos de las cosas, somos conscientes de que no
podemos saber lo que algo es, ni su función en el Universo, menos aún lo que
algo es en la Vida. Es por ello que en la aceptación Absoluta de lo que algo
es, dejamos de engañarnos para comenzar a percibir la Realidad, la Verdad, lo
que realmente Es cada individualidad, lo que realmente somos, cesan todos los
apegos, porque la Realidad de Todo, solamente existe en el Ahora Inmutable,
Eterno, en el que no Existe el Cambio, por lo que no hay: Pensamiento,
percepción, siendo imposible la dualidad, por lo que también es imposible
aferrarse incluso a la Nada, al Vacío.
Ser, Existir,
Siendo Ahora, es el Camino, por lo que todo lo que nos acerca al Ahora, nos
permite vislumbrarlo, percibirlo, lo que nos dice que aún estamos lejos, porque
Camino, no es algo que recorrer, sino Ser. Siendo Camino, no puede existir el
apego, porque no hay nada fuera o dentro de Él.
Cuando se
culmina en la Aceptación de Ser, no hay pasado por lo que no podemos nacer; no
hay futuro por lo que no se puede morir; no hay ni tan siquiera presente por lo
que no podemos vivir. Siendo Vida, Muerte, Origen y Final, de lo que Somos, por
Ser Ahora.
“El objetivo de los que practican es liberarse de
las apariencias”. No significa que debamos eliminarlas o luchar
con ellas, simplemente debemos fortalecer la consciencia, para poder percibir
la Realidad que hay tras las apariencias y aceptar lo que son, sin apoyarnos en
el conocimiento de lo que percibimos, sino en el Amor de nuestro corazón.
“El desapego es Iluminación, cuando conociendo
las apariencias se vive en la aceptación”.
No se deja de Ser quien somos por el hecho de la Iluminación, más, siendo una condición que nunca se pierde. No se trata de ignorar el mundo de
Mara, la dualidad, sino no vivir en ella; conociendo su Realidad, donde la
Aceptación nos permite trascenderla, no por eliminación o ignorancia de ella, ni
por no percibirla, sino porque desde la Aceptación, nos es posible Ser
Dualidad, lugar desde donde no puede ser percibida; podemos desapegarnos de
todo, no por indiferencia o santidad, ni tan siquiera por el hecho de la
Iluminación, sino por Ser Todo, incluida la propia Iluminación. Permitiéndonos regresar a la Consciencia Original de Seidad, Siendo
Todo.
Esta es la Iluminación
que nunca hemos perdido en nuestro vagabundear, nuestro deambular por una vida,
en la búsqueda de lo que nunca podremos encontrar, no porque sea difícil, sino
porque siendo: “Todo, Dios, Vida”, ¿Cómo poder encontrarlo?.
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