No pretendo molestaros

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Yui Shin

domingo, 10 de abril de 2016

AHOGÁNDOSE EN LA DUDA


          Buscamos en los libros, en el estudio, en los sabios que nos rodean, la Verdad que alivie nuestras inquietudes, nuestros temores, nuestra falta de amor. Vagamos por los caminos mendigando una respuesta a nuestras dudas, que nos permita conocer la Verdad.
          Un buscador de hace mucho tiempo, se encontró a un monje descansando en su siesta, del tórrido sol del mediodía, protegido por la fresca sombra de un árbol de la ribera. Sumido en sus dudas, hambriento de conocimiento, le pidió unas migajas, una respuesta que satisficiera su mente.

ANÉCDOTA DEL BUDA.-   Descansaba una vez Buda bajo a un árbol cercano a un estanque. Cuando vino a él un joven y le pregunto.
MAESTRO ¿que debo hacer para encontrar la Verdad? -sin responder, el Buda se le acerco y de un empujón lo arrojo en el estanque, manteniéndole después sumergida la cabeza.
Lucho el joven infructuosamente por liberarse y cuando ya daba muestras de desvanecimiento.
El Maestro le permitió salir. Una vez repuesto de la sorpresa, El Buda le inquirió: Cuando estabas bajo el Agua, ¿pensaste en bellas mujeres?
- NO, dijo el joven.
¿Pensaste en ricos manjares o en viajes por el mundo?
Una vez más la respuesta fue negativa.
Cuando anheles hallar la Verdad con la misma vehemencia con que deseabas respirar, cuando lo anheles tan profundamente en tu Alma, agregó el Buda,  ese día seguro la encontrarás.

          Cómo poder responder a quien está lleno de su yo. Lleno de Compasión el Buda trató de señalarle que en tanto cargara con un yo tan vivo y controlador, no podría comer con serenidad del manjar de la Sabiduría. “Le mantuvo después sumergida la cabeza”, hasta que había comprendido lo que era vivir en la libertad del yo, cuando la respiración falta y solamente podemos vivir gracias al cordón umbilical siendo uno con nuestra Madre.
          Abandonado todo deseo del ego, solamente nos queda expresar la Vida que somos.
          Es solamente cuando abandonamos todo deseo, toda ambición, todo el ego, las metas, poderes, discriminación, cuando lo único que nos alimenta es el deseo de respirar la Verdad, cuando nuestra Alma solamente tenga como único anhelo, expresar la Vida que somos. Cuando hemos olvidado la búsqueda, ligeros sin el peso de la duda, sumergidos en las preguntas y las respuestas, hemos olvidado preguntar por la Verdad, en su Compasión Buda le anima al decirle que la encontrará, cuando sabía que no hay nada que encontrar para quien busca la Verdad.
          Inesperadamente Buda encontró, que no había cabeza sumergida en el estanque, que el estanque al no haber agua había dejado de ser estanque, al no haber estanque, ni agua, ni cabeza, ni pregunta, ni nadie a quien sumergir, Buda se diluyó también en la Verdad.


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