No pretendo molestaros

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Yui Shin

domingo, 3 de abril de 2016

SOLILOQUIOS


          Tantos momentos intentando hablar con mi Maestro. En plena Tierra de Buda, en el País de Buda, en Bukkokuji, me fallaba el idioma, el lenguaje, las palabras que pudieran ser entendidas, cerca de poder recibir respuestas a mis preguntas, de ampliar mi conocimiento, este me era entregado en japonés, del que era solamente ruido para mis oídos.
          Cuantas horas contestando preguntas sencillas, intentando explicar lo que era España, los sitios que había conocido, mis intereses, mis conocimientos, mis inquietudes. Tras un largo soliloquio con el Rosshi, en el que había desnudado mi alma, apenas un: “No te preocupes, cuídate, sigue adelante, un solo hacer, todo es Uno”. Ninguna explicación, ningún comentario, ninguna pregunta, ni una sola respuesta que aclarase o enriqueciese, mis soliloquios.
          A veces solamente quedaba reírse, pues no había entendido nada de lo que le había hablado. Toda mi conversación se perdía en el silencio del aíre, en el espacio saturado de olor a incienso, de una mirada entre burlona y condescendiente, diciendo: “¿Por qué no preguntas lo que realmente deseas?, ¿Por qué tantas palabras, tanto deseo de explicar lo que ya ha pasado?, ¿Qué deseas saber del futuro, del sabor del manjar que buscas?, ¿Qué puedo decirte, aparte de lo que te digo, de lo que eres?.
          Así que pasaron los meses y los años, ni el Maestro entendía mi inglés, para dialogar acerca de lo impronunciable. Ni yo sabía japonés para que me explicase lo inexplicable. Así que continuaron mis soliloquios, mis monólogos interminables, que nunca me llevaban a donde quería, que nunca me acercaban a entender lo que era yo, ni lo que me rodeaba.
          Un día me encontré dialogando conmigo, podía hablar mi mente con mis emociones, mi cuerpo con mis sentimientos, lo que no sabía con mi intuición, lo que sabía con mi ignorancia. Llegaron incluso a hablar en grupos, mientras yo hacía mis labores, intentando olvidar el mi.
          Poco a poco: “Aprendí a ocuparme, dejando de preocuparme y despreocuparme. Comencé a cuidar la mente desde el cuerpo y las emociones, descubriendo que todos eran yo, que cuidarme era algo más que pensar en una u otra parte, que tenía que respetar, aceptar, ayudar, dar lo mejor de cada una de mis partes, para cuidar a un yo cada vez más diversificado, hasta comprender que era todo un yo. Que todas las explicaciones que me ayudasen a avanzar, nunca podrían sacarme de aquí, que seguir adelante, no significaba moverme sino ser, nada en especial, lo que soy, sin preguntar qué. Que no hay nada que hacer, sino expresar lo que eres en lo que haces, siendo uno con el hacer".
          Han pasado los años, y aún en mis soliloquios con mi Maestro, sigo sin recibir respuestas, porque: ¿Quién puede contestar mi pregunta?, ¿Quién puede dar mi respuesta?, “Cuídate”, decía sin saber qué significaban las palabras, porque la pregunta de quién soy, solamente podía ser lo que estaba cuidando, por ser lo que era, que nunca ha dejado de ser, soy Yo, el desconocido, el del soliloquio, que no pudiendo hablar con nadie, pudo aprender a dialogar consigo mismo, por no recibir respuestas equivocadas, de quien señalando el Camino, dijo sigue adelante, no camines, ni desees llegar a metas, porque “Eres el Camino”.
          Quizás si entendiendo mi hablar, mis preguntas, mis inquietudes, me las hubiese explicado para mi entendimiento, ahora sería un gran erudito, sabría todo lo que hay que saber del camino. Pero mi Maestro no me enseñó nada, no contestó mis preguntas, no resolvió mis inquietudes, simplemente sumiéndome en la ignorancia, permitió que sin saber del camino, intentase Serlo.
          En ello estoy, gracias por no enseñarme nada, mi eterna gratitud a quien me decía sin palabras, no hay que saber, sino Ser el Conocimiento. No busques a Buda, a Dios o el Camino, porque no están en las respuestas o en lo que eres, porque todos están en el Siendo, no hay que ser nada, ni Buda, ni Camino, porque ser algo, perderías el Siendo.



1 comentario:

  1. EN EL CAMINO, POR QUE NO ESTAN LA REPUESTA Ó EN LO QUE ERES.
    PORQUÉ TODOS ESTAN EN EL SIENDO, NO HAY QUÉ SER NADA,..NI BUDA,NI EL CAMINO,
    PORQUE SER ALGO...PERDERIA EL SIENDO..!
    GRAN VERDAD...POR ESO SIEMPRE EXPRESO, USTEDES SON MI APRENDIZAJE DE VIDA...

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