Los
cuentos antiguos, se cuentan de diferentes maneras, según la sociedad y las
costumbres de donde son contados, tratando de enseñar lo obvio, que es lo que
nos cuesta ver.
Este
lo he leído como un cuento del budismo, me ha gustado y lo comparto con
vosotros:
Los discípulos le preguntaron al maestro:
Y el maestro les respondió:
“¿Les gustaría que alguien les ofreciera fruta y la masticara
antes de dársela?”.
¿Cómo podría
alimentarnos lo que otro ha comido?, buscamos en las explicaciones de felicidad,
ser felices. Buscamos encontrar la Verdad porque alguien nos cuente como es. Queremos
ver nuestros ojos, porque alguien nos dijo que son bonitos. Miramos en el
reflejo del espejo, para encontrar la belleza que alguien vio en la realidad de
nuestros ojos.
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