No pretendo molestaros

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Yui Shin

jueves, 14 de julio de 2016

LOS PIES EN EL CIELO


          A lo largo de nuestra vida, hemos tratado de vivir con los pies en el suelo. La realidad es que con nuestro esfuerzo por hacerlo, hemos conseguido vivir: “En la discriminación, la ambición, la corrupción, el deseo, la irresponsabilidad, la necesidad, y demás calles del barrio del Infierno”.
          El origen del error siempre es la ignorancia, no por falta de información, sino por la interpretación de los datos y la necesidad de entender lo que nos explican.
          Hubo un tal Job, cuya historia cuenta en un Libro, que tenía cuanto podía desear, suficiente toda su vida. Riquezas, hijos, casa lujosa, donde todos eran bien venidos, pudiendo coger y usar cuanto deseaban, pues Job siempre tenía suficiente. Poco a poco todo lo que nunca había poseído, se lo fueron llevando los que venían, creyendo que al no ser de nadie, podrían poseerlo ellos. Sus hijos, las riquezas, las casas, los sirvientes, que nunca tuvieron amo, comenzaron a tenerlo, cuando le preguntaron a Job, este simplemente contestó levantándose y rasgándose las vestiduras que usaba: "Desnudo salí del vientre de mi madre. Sin nada volveré al sepulcro. Dios me lo dio, Dios me lo quitó. Bendito sea Dios". Siguió teniendo lo mismo que había tenido siempre: “Nada, Suficiente”.
          Shakyamuni era un príncipe, cuyos padres poseían grandes riquezas, incluso un reino, que deseaban que fuera de su hijo, el heredero de todo cuanto poseían. Pero el deseo del joven príncipe era tener suficiente. Un día en las penumbras de antes del amanecer, se marchó para ser un renunciante, tratando de no poseer nada, luchando por ser pobre, un simple mendicante.
          Un día vio que le sobraba la pobreza, la renuncia, que de nada le había servido luchar por tener suficiente, si lo había conseguido por el deseo, porque todavía era poseedor de la renuncia, de la pobreza, del deseo de ser alguien que vivía de la limosna de los demás.
          Fue cuando comprendió que tener suficiente, es simplemente no-tener. Se dio cuenta entonces de lo que le habían enseñado las escrituras, los Maestros.
          La vida es Vacío, no por elección, sino porque es donde puede existir Todo en Libertad. Cuando Todo existe, siendo lo que eres, nada puede perderse, nada puede ganarse. No puedes desear nada, pues nada existe fuera de ti, nada existe dentro de ti, porque sigues siendo Vacío, donde lo único que puede existir es: El Amor, la Aceptación, la Libertad.
          Como decía Job: “Vacío nací, del vientre de mi Madre la Nada. Universo Vacío soy mientras Vida. Vacío en la Muerte. Dios se manifiesta en mí, Dios se in-manifiesta en mí. Existiendo en Suficiente”.
          Decía Jesús: “Da al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios”.
          Si permitimos que cada cosa pertenezca a su naturaleza, todo existiría en la Libertad, en el Amor, nada podría ser poseído, nada podría perderse, sería el momento de manifestarnos en el Suficiente de ser lo que somos. De poseer lo que podemos poseer siendo Vacío, “Ni tan siquiera a nosotros, pues lo que somos, lo es en Libertad”.
          Hemos tratado de ocultarnos, de ignorar lo que somos, viviendo en la ignorancia, tratando de pisar en el polvo, de vivir a ras del suelo, con “los pies en el suelo”, con nuestros deseos e insatisfacciones.
          No pudiendo perder o ganar nada, manifestando nuestra Naturaleza de Libertad, donde nada puede ser poseído, solamente hay una manera de vivir, teniendo suficiente, felices con “Los pies en el Cielo”.


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